No soy xenófobo pero

No soy xenófobo; pero si un equipo español pone a muchos extranjeros en lugar de nacionales clamo al cielo; mas si un equipo extranjero pone muchos españoles, está muy bien.

No soy xenófobo; pero si mi equipo ficha a la superestrella mundial extranjera, voy preguntando por qué no ficha en su lugar a un jugador claramente inferior en todo, por ser español.

No soy xenófobo; pero si un equipo extranjero no pone de titular a su jugador español, aunque éste no esté haciendo nada bien, me indigno contra su entrenador.

No soy xenófobo; pero creo imposible que ningún jugador extranjero pueda ser mejor que algún jugador español.

No soy xenófobo; pero en una final el MVP debe ir a un español.

No soy xenófobo; pero exigiré que sean intocables todos los jugadores de la selección española, salvo el que es nacionalizado, al que sí se le puede criticar, hasta gratuitamente.

No soy xenófobo; pero creo que hay que limitar la cantidad de extranjeros. Incluyendo ciudadanos de la Unión Europea, preferiblemente.

No soy xenófobo; pero si en eliminatorias ACB los dos equipos que tienen entrenador extranjero caen en semifinales, me alegro por su eliminación.

No soy xenófobo; pero si en una temporada con dieciocho equipos, catorce son entrenados por españoles y uno de los cuatro cambia extranjero por extranjero, me indigno por la poca confianza que se da a los nacionales. Celebro que en un país extranjero elijan españoles.

Y es que no soy xenófobo, pero tampoco quiero extranjeros entre los jugadores. ¿Por qué va a ser especial el trabajo de entrenadores y jugadores de baloncesto? ¿Creen que voy a no querer extranjeros ahí pero sí en otros trabajos? Y si se tratara de pensar en mejorar las opciones disponibles para la selección nacional (que no es tan seguro que funcione de esa manera), ¿por qué celebro el fracaso de los equipos de entrenador extranjero cuando los dos cayeron en cuartos la pasada temporada? Si estuviera a favor de los españoles, celebraría el éxito de los españoles. La temporada pasada vi celebrar primero el fracaso de Tabak y Perasovic y sólo después acordarse de los españoles que pasaron a semifinales.

Podrán intentar engañar a quien quieran, pero es una regla básica que si hay un pero que separa dos afirmaciones incompatibles, la que vale es la que va detrás. No me llamen xenófobo por querer que los extranjeros se vayan fuera de España y dejen España a los españoles de pura sangre. Así que menos cuentos: sí, hay un montón de xenófobos sueltos que desean impedir la venida de extranjeros, que desean y se alegran por el fracaso de los extranjeros. Y que lo disfrazan bajo el manto de protección de los nacionales. Naturalmente, no pueden disimularlo y si un entrenador español elimina a uno extranjero en cuartos de final de la ACB, la primera celebración que les viene a la cabeza no es la del éxito del español, sino el fracaso del extranjero y los cupos no se expresan en muchos casos como “garantizar presencia de españoles” sino como “limitar la contratación de extranjeros”. Sólo se rechazan expresiones obvias de racismo y xenofobia, sin tocar los problemas reales de la educación. No se quiere eliminar el racismo ni la xenofobia, sólo evitar verlos. Ser racista y xenófobo está bien y muy extendido con tal de que no se muestren abiertamente como tales. ¡Ya está bien!.

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