¿Sabías que Arvydas Sabonis acabó jugando en el Forum Filatélico de Valladolid gracias a que su traspaso fue pagado por una firma de colonias italiana?
Así es. Pero como la historia es un poco más larga que eso, empecemos por el principio: en 1981, un Arvydas Sabonis, con apenas 17 años, irrumpe en el panorama baloncestístico europeo como un huracán. Un pívot muy alto que se mueve y ve el juego como un base. Un jugador destinado a cambiar la historia del baloncesto europeo y, seguramente, si las lesiones le hubieran respetado, mundial.
Sabas, jugador del Zalgyris Kaunas, capta la atención del mundo del baloncesto desde el primer día. En 1985 es elegido por los Hawks en vigesimoprimer lugar del draft, pero su elección se anula al no haber cumplido aún los 21 años (es el mismo caso que ocurrió con Marciulionis, pero de eso hablaremos otro día). En 1986 es elegido por los Blazers en el draft, en el vigesimocuarto puesto, en primera ronda. Sin embargo, las autoridades soviéticas impiden que el jugador recale en Oregón.
Sabonis guía a la selección soviética a la plata en el Mundial de 1986, tras derrotar a la Yugoslavia de Petrovic y caer en la final ante Estados Unidos. Y entonces, Sabonis sufre su rotura de fibras en el tendón de Aquiles. Estamos en 1986 y el jugador recaerá al poco de empezar la temporada. Ese año jugará muy poco, apenas en competición europea, pero eso no evita que al poco de iniciarse la concentración para el Europeo de Atenas en 1987, su tendón de Aquiles se rompa por completo.
Operado con éxito, sin embargo, nada más serle retirada la escayola se caerá por las escaleras de su casa, volviendo a romperse el mismo tendón. La desgracia se ceba con Sabas, que se pasará toda la campaña 87/88 en el dique seco, llegando por los pelos a los Juegos de Seul, donde, fuera de forma, se convierte en la estrella del torneo de baloncesto, guiando a la URSS a una victoria espectacular ante una selección estadounidense que en adelante no volverá a competir con universitarios.
Ese verano, Gorbachov autoriza por fin la salida de los deportistas soviéticos hacia equipos occidentales y así, Marciulionis y Volkov emprenden la aventura en la NBA. Los Blazers, que han estado supervisando la recuperación de Sabonis, dudan y los grandes clubes europeos no terminan de decidirse…
Y aquí aparece Gonzalo Gonzalo, presidente del Forum de Valladolid, que, aprovechando las dudas de los grandes, será el más listo, trayéndose a España a Sabas y a Homicius a comienzos de la temporada 89/90.
La operación fue tasada por las autoridades soviéticas en un millón de dólares, que, por cierto, debían ir en un 90% a las arcas del Estado, menos una pequeña parte que serviría para compensar al Zalgyris. Solo un 10%, es decir 100.000 dólares iría a los bolsillos de los dos jugadores. Una cosa es que se autorizara a los deportistas a salir del país y otra que la URSS no ingresara por ello…
Sea como fuere, un millón de dólares es mucho hoy en día y hace un cuarto de siglo, mucho más. El Forum no tenía este dinero pero Gonzalo Gonzalo encontró la solución: el dinero lo pondría el fabricante italiano de perfumes Víctor di Milano, que usaría la imagen de Sabas para comercializar una colonia que se llamaría Arvydas. La operación debía ser buena para todas las partes e incluso se logró aumentar al 20% la parte del traspaso que fue a parar a los jugadores.
Lo cierto es que la colonia Arvydas no llegó a aparecer nunca. En su lugar, sí se comercializó otra llamada Triple de Sabonis, que no parece claro que sirviera para recuperar la inversión. ¿Cuánto hubo de cierto en la operación comercial y cuánto sirvió únicamente de tapadera para lograr la salida de Sabas? Yo no lo sé, pero lo cierto es que ello nos permitió disfrutar en nuestra,liga ACB del seguramente mejor baloncestista europeo de la historia durante seis temporadas.
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