Pese a los esfuerzos que la NBA está realizando en las últimas temporadas por erradicar las simulaciones en las pistas, es rara la jornada en la que no asistimos a algún teatro por parte de algún jugador. Normalmente la cosa no tiene mayores consecuencias que una falta injustamente pitada o, en el mejor de los casos, una técnica para el que se deja caer, seguidas de la correspondiente advertencia o sanción económica por parte de la liga.
El problema viene cuando el flopping de turno decanta un partido, que es lo que ocurrió antes de ayer en la visita de los Mavericks a Sacramento, cuando Tyson Chandler simuló haber recibido un codazo de parte de DeMarcus Cousins que supuso la sexta falta del pívot de los Kings, circunstancia que acabaría inclinando el partido a favor de los de Texas.
Se puede observar en el vídeo cómo Cousins ni toca a Chandler y este simula la agresión en las mismas narices dei árbitro, provocando la expulsión del pívot de los Kings. La cara de Cousins tras la falta lo dice todo…
Afortunadamente, estas acciones habitualmente lo que acaban siendo es cómicas y poco más. Y como muestra, el piscinazo de PJ Hairston de los Hornets, ante Tony Parker.
En este caso la acción no tuvo ninguna consecuencia y además los Spurs se llevaron la victoria en su visita a Charlotte.
Ahora la liga seguramente sancionará a ambos jugadores y debería ser especialmente dura con Chandler, puesto que su teatro influyó en el resultado del partido… y a esperar la siguiente comedia.
En JordanyPippen nos interesa tu opinión