El traspaso a tres bandas que conocimos ayer entre Knicks, Cavaliers y Thunder es la demostración más clara de que los primeros dan por perdida la temporada y a partir de ahora se van a afanar en quedar por detrás de los Sixers en la liga y ser el peor equipo de la competición. ¿La razón? Hacerse con el primer puesto en la lotería del draft del este verano.
Dion Waiters abandona los Cavs, donde era patente su mala relación con Irving y LeBron, para jugar en los Thunder, donde deberá competir con Westbrook y Reggie Jackson por tener minutos. A cambio, Lance Thomas parte hacia Nueva York, sin contrato garantizado, y Alex Kirk y Lou Amudsen recalan en los Cavs, también sin un contrato garantizado. Los Thunder entregan además una primera ronda del draft de 2015, protegida entre el puesto 1º y el 18º, que, caso de no poder ser usada por los de Cleveland, pasaría al del 2016 o del 2017, en ambos casos protegida entre el primer y el decimoquinto puesto. Si en estos dos casos tampoco las pudieran usar, entonces los Cavs obtendrían dos segundas rondas de 2018 y 2019. Los Cavs le dan a los Knicks una segunda de nada más y nada menos que 2019.
La llegada de Thomas al Madison supone que Iman Shumpert y JR Smith ponen rumbo a Ohio y jugarán a partir de ahora en los Cavs, que aparecen como el ganador en este traspaso, al quitarse a un jugador conflictivo y recibir un excelente defensor como es Shumpert y un jugador que, centrado (cosa que está por ver), puede aportar en ataque. Aun así, los Cavs siguen necesitando mejorar su línea interior, más aún tras la lesión de Varejao, y es de esperar que haya más movimientos.
Los Thunder, por su parte, se llevan un muy buen jugador, pero a cambio seguramente paguen el peaje de perder a Reggie Jackson este verano, al compartir posición con el citado Westbrook y con Waiters.
¿Y los Knicks? Pues es evidente que empeoran aún más su plantilla pero se quitan masa salarial y posiblemente no lleguen ni a firmar a Thomas. Masa salarial que se reduce aún más tras haber sido cortado Samuel Dalembert, con lo que los neoyorquinos se ahorran 2 de los 3,8 millones del contrato del pívot (más la parte correspondiente del impuesto de lujo). Está claro que el objetivo de los del Madison a partir de ahora es reconstruir el equipo a partir del próximo verano y no sería de extrañar que los Knicks batieran todos los récords negativos de la competición de ahora en adelante.
En cualquier caso, queda por ver hasta donde llega la paciencia del público de Manhattan, harto ya de Derek Fisher y que ve cómo además Anthony puede no volver a jugar en lo que queda de temporada.
Y atentos, que igual José Manuel Calderón también sale del equipo en breve.
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