Primera noche de la temporada en la NBA que empezó con la entrega del anillo de campeones a los Spurs de San Antonio y terminó con la grave lesión de Julius Randle en Los Ángeles.
Abrían los Spurs y los Mavs la temporada 14/15. Como siempre, la NBA elige muy bien los partidos que van en fechas destacadas y esta vez decidió que los campeones se midieran a sus vecinos de Dallas en lo que es una de las grandes rivalidades de la liga.
Tras la ceremonia de entrega de los anillos de campeones de la temporada pasada, se vivió un choque muy igualado entre unos Spurs que jugaron sin Kawhi Leonard (con una infección en un ojo), Tiago Splitter (problemas en el gemelo derecho) y Patty Mills, que sigue recuperándose de su lesión en el hombro, y unos Mavs que se han reforzado este verano con el objetivo de ser unos de los aspirantes al título.
Partido igualado y de alternativas en el marcador, resuelto a favor de los Spurs por 100-101 tras fallar Chandler Parsons un lanzamiento que podría haber dado la victoria a los de Dallas.
Tim Duncan se fue a los 14 puntos y 13 rebotes, Parker aportó 23 puntos, Ginóbili, 20 y Belinelli, que dispuso de muchos minutos ante las bajas de su equipo, se fue a los 15 puntos. En los Mavs, 26 puntos para Monta Ellis, 18 para Nowitzki y pésimo partido de Chandler Parsons, con solo 5 puntos y 2 canastas encestadas de 10 intentos.
A la misma hora, se jugaba en Nueva Orleans el partido entre los Pelicans y los Magic de Orlando. Los 40 puntos, 34 rebotes y 14 tapones que se repartieron entre Anthony Davis y Omer Asik fueron demasiados para unos Magic donde solo Vucevic con 15 puntos y 23 rebotes y Tobias Harris con 25 puntos aguantaron el tipo. Tras un primer cuarto igualado, el partido se rompió mediado el segundo cuarto y desde ahí hasta el final los Pelicans controlaron la situación hasta el 101-84 final.
Anthony Davis se quedó a un tapón del primer triple doble del curso, con 26 puntos, 17 rebotes y 9 tapones.
Y en el último partido de la jornada saltó la noticia desagradable. Visitaban los Rockets el Staples Center para medirse a los Lakers en un partido con más de una cuenta pendiente, como demostró el encontronazo entre Kobe Bryant y Dwight Howard saldado con técnicas para todos (el de los Rockets soltó el codo camino de la cara de Kobe y este se encaró con él diciéndole que era demasiado blandito). Rápidamente quedó clara la distancia que hay entre un equipo que quiere estar en la lucha por el anillo y otro en plena (o supuesta) reconstrucción. El 31-19 al final del primer cuarto dejó el partido visto para sentencia.
Kobe Bryant anotó 19 puntos en su vuelta ala competición tras perderse 55 partidos consecutivos la pasada temporada y James Harden se fue a los 32 por los de Texas, pero todo esto quedó en un segundo plano cuando Julius Randle se fue al suelo tras chocar con su defensor en una entrada a canasta a 7 minutos del final y pisar mal en la caída.
La cara de dolor del jugador mientras era atendido por el médico del equipo, las caras de sus compañeros alrededor y la presencia a su lado de Kobe Bryant intentando consolarle no hacían presagiar nada bueno. El jugador sufre una rotura en su tibia derecha y se perderá buena parte de la actual temporada.
Muy mala suerte para el rookie de 19 años en su partido de debut con los Lakers. La que se preveía una temporada complicada, con solo las buenas noticias de la vuelta de Kobe y precisamente del debut de Randle, numero siete del pasado draft y con un futuro muy prometedor, se ha torcido definitivamente para los angelinos, primero con la lesión de espalda de Nash que le dejará fuera tal vez ya para siempre de las canchas de baloncesto y ahora con esta lesión. No termina la mala suerte para franquicia, asolada por las lesiones en los dos últimos ejercicios.
Esperemos que la recuperación de la lesión sea completa y podamos disfrutar con el juego de Randle en el menor tiempo posible.
El partido terminó con 108-90 para los Rockets.
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