Regresó la brisa a Zaragoza. La canícula del mediodía ha dejado paso a una noche magnífica para hacer tareas sentado en la terraza del hotel peleándome con el siempre esquivo wi-fi. Hace unos minutos discutía sentado en esta misma silla desde la que escribo estas líneas con Audie Norris y otros dos compañeros la estructura de un ejercicio que mañana defenderemos durante la escuela práctica. El ex jugador del Barcelona, amante de los ejercicios simples y de los detalles técnicos nos regaló, sólo comunicando su manera de entender el baloncesto, una hermosa lección. Gracias amigo, ya podría morir tranquilo.
Pero no, aún queda mucho por hacer a las orillas del Ebro. Hoy el curso cobró el ritmo vertiginoso de Lucas Mondelo, un auténtico maestro del escenario que se crece ante sus jugadores. Si anoche trataba de imitar sus hábitos hoy me percaté de alguno de los motivos que podrían explicar su éxito. Éxito que no victoria o triunfo, como él mismo dejó claro en su intervención. Porque éxito es crecer, sentir que de cualquier aventura se sale distinto, con el carro lleno de experiencias y la sensación del trabajo bien hecho. La victoria es monopolio de un único equipo o individuo, mientras que el éxito nos ofrece una versión más democrática de la vida a la que aferrarnos y por la que luchar cada día.
No hubo secretos en sus charlas. Quizá porque no los hay. Cada vez me convence más la idea de que son la gestión de grupos, la toma de decisiones y la resolución de conflictos los factores que marcan las diferencias entre los buenos y los malos entrenadores. Sólo los que tienen carisma y demuestran empatía hacia sus jugadores pueden sacar de éstos su máximo potencial. Y no lo olvidemos, pese a la persecución obsesiva del detalle en el detalle en la que nos instruyen de manera acertada en este curso, éste es un deporte de jugadores en el que finalmente son ellos los que culminan todas nuestras buenas intenciones, programaciones y prácticas.
También hubo tiempo para la nutrición deportiva y el entrenamiento biológico de la mano del Doctor Escribano, jefe del gabinete médico de la federación. No sé si somos lo que comemos o lo que dejamos de comer, pero es indudable la importancia de la alimentación en el rendimiento del deportista. El doctor, verdadera eminencia en la materia, ha desmontado unas cuantas leyendas urbanas sobre el consumo de suplementos alimenticios o las famosas proteínas que vacían las carteras de los frikis de gimnasio.
En fin, os dejo cumpliendo con lo prometido, una foto del teleférico que amenaza cada día con caerse sobre nuestras cabezas cual cielo sobre los galos. Hoy la banda sonora, habiendo recibido la visita de un chico de Hospitalet, como se ha definido a sí mismo Lucas Mondelo, no podía ser otra que la de ese Cadillac Solitario de un barcelonés de tronío y además de los Celtics, Loquillo. Porque a quién no le han atrapado luces de ciudad sentado en un viejo cadillac de segunda mano esperando una llamada de una chica que ya no volverá. Hasta mañana.
En JordanyPippen nos interesa tu opinión