El pasado 1 de junio contábamos en estas mismas páginas que Shelly Sterling, esposa de Donald Sterling y co-propietaria de los Clippers de Los Ángeles, había llegado a un acuerdo para la venta del equipo con Steve Ballmer, ex-presidente de Microsoft, por 2.000 millones de dólares y que era cuestión de días que la operación se formalizara.
Sin embargo, desde entonces la situación se ha enquistado y lo que parecía que iba a tener una solución rápida se ha convertido en una lucha judicial dentro de la propia familia Sterling.
Tras la sanción impuesta a Donald Sterling por la NBA, este demandó a la liga por vulneración de sus derechos constitucionales, al emplear una conversación grabada ilegalmente y entender que se estaba restringiendo su libertad de expresión, y por vulneración de las leyes antimonopolio, al obligarle a desprenderse del equipo. Sterling reclamaba una sanción de 1.000 millones de dólares por los daños sufridos.
Mientras tanto, su esposa Shelly iniciaba el proceso de venta y, tras recibir varias ofertas, se decantaba por la de Ballmer por un total de 2.000 millones de dólares, la mayor operación de venta de una franquicia en la historia de la NBA. Sin embargo, Shelly era la propietaria de solo el 50% de la franquicia, siendo su marido Donald el propietario del resto, por lo que para hacerse con el control absoluto del equipo pidió un examen neurológico de su marido, examen que concluiría que Donald no estaba capacitado para seguir al frente de la franquicia por sufrir cierto grado de demencia.
La venta siguió su curso por tanto y parecía que Donald Sterling aceptaba finalmente la situación a cambio de que la NBA retirara la suspensión de por vida que le había impuesto. Por su parte, Sterling retirtaría la demanda contra la liga.
Sin embargo, estas condiciones no fueron aceptadas por el comisionado Adam Silver y Donald Sterling ha emitido un comunicado por medio de sus abogados en el que subraya que no aceptará la venta del equipo, que no retira la demanda contra la NBA y que está perfectamente capacitado para seguir al frente de la franquicia.
Así las cosas, Shelly Sterling busca ahora que un juez ratifique por procedimiento urgente que ella es la única propietaria de los Clippers tras las conclusiones de los neurólogos que examinaron a su marido. El juicio se ha fijado para el 7 de julio y se prevé que dure cuatro días. Mientras tanto, el 15 de julio es la fecha límite para la venta de la franquicia y la fecha en la que el resto de propietarios de la NBA deben aprobar o no la venta. Queda por tanto al menos un mes más antes de que podamos conocer el futuro de la franquicia.
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