Tarde de fútbol con la disputa en Lisboa de la final de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y Atlético de Madrid, dos equipos de fútbol, pero también de baloncesto. Sería absurdo negar la importancia que tuvo para el desarrollo de nuestro deporte la influencia de los clubes de fútbol, que crearon a principios del siglo pasado secciones de baloncesto, y que trasladaron al deporte de la canasta su rivalidad futbolística. No es de extrañar, que durante la disputa del primer Campeonato de Bàsquet de Cataluña, aparecieran inscritos equipos con la denominación de Barcelona o Espanyol buscando un atractivo para el público, pero que no tenían relación con las futuras secciones de baloncesto de estos clubes. En la expansión del deporte del padre Millán por tierras catalanas contribuyeron de manera notable clubes como el FC Martinenc, el FC Gràcia, el CE Europa o la UE Sants, clubes deportivos en los que el fútbol era el actor principal.
Por su parte, en la expansión de nuestro deporte por la zona Centro, tuvo una vital importancia la figura de Ángel Cabrera, que fundaba en 1922 la sección de baloncesto del Atlético de Madrid, aunque aquella iniciativa duraría sólo un año. El 8 de marzo de 1931, con una nota en el diario ABC buscando jugadores, el mismo Ángel Cabrera ponía en marcha la sección en el Real Madrid. En 1932 el Atlético arrancaba de nuevo su sección y el 28 de noviembre de ese mismo año se jugaba el primer derbi entre estos dos equipos con el resultado de 42-20 para los blancos. El equipo colchonero no logró mantener el baloncesto de manera constante por lo que estos duelos no se prolongaron en el tiempo.

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