Una vez que los equipos llegan al final de su temporada, es el mejor momento para pararse a analizar las necesidades de cara al año que viene, los problemas por los que no llegó más lejos y el rendimiento de sus jugadores a lo largo de la exigente campaña NBA. En este artículo no analizaremos todo esto. Simplemente nos centraremos en el que ha sido uno de los mejores jugadores del año y en su evolución sobre la pista. Sí, hablamos de Blake Griffin, estrella de Los Angeles Clippers, equipo que ha llegado a las semifinales de la Conferencia Oeste, siendo derrotado por 4-2 a manos de los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant.
La temporada de los Clippers ha sido excepcional, salpicada en el último momento por el escándalo del caso Sterling junto con toda la polvareda de polémica que ha levantado. En cuanto a lo deportivo, los Clippers han firmado un récord de franquicia de 58 victorias durante la temporada regular, clasificándose para los Playoffs en la tercera posición de la Conferencia Oeste. A principio de temporada, se fichó a uno de los mejores entrenadores de la NBA, Doc Rivers, que ha sabido exprimir el máximo de sus jugadores durante toda la temporada regular y los Playoffs, aunque no se mostraba nada satisfecho el día de su eliminación: “Creíamos que éramos lo suficientemente buenos como para ganar el título. Oklahoma nos ha mostrado que no”. Lo que es seguro es que Rivers tiene un núcleo más que sólido de cara a las temporadas venideras, que se antojan muy exitosas para el que ahora es el “hermano rico” de Los Angeles.
Uno de las razones fundamentales del gran año de los Clippers ha sido, sin duda, el extraordinario rendimiento de Blake Griffin. Un rendimiento brutal motivado por una descomunal evolución y mejora en muchos aspectos de su juego. El líder del equipo, Chris Paul, sufrió en enero una lesión en su hombro derecho que le alejó de las canchas durante más de un mes. Esta circunstancia fue inmejorablemente aprovechada por Blake Griffin, que asumió el papel de Paul a pesar de jugar en una posición completamente diferente, para no desviar a su equipo del camino de la victoria que venían siguiendo desde el principio de la temporada.
Griffin comenzó su carrera profesional en la NBA en la temporada 2010-2011, tras haber sido seleccionado en la primera posición del draft del año 2009 y pasar un año entero sin jugar debido a las lesiones. Existían dudas sobre el rendimiento de Griffin precisamente por su largo período de inactividad, pero supo responder a la perfección. promediando 22 puntos y 12 rebotes por partido en su primera temporada en la NBA, lo que le bastó para hacerse con el premio al mejor novato del año.
«Mr.Mate», como se le ha apodado en ocasiones desde su llegada a la élite profesional, continuó su gran desarrollo en los Clippers de Los Angeles, donde era la clara estrella junto con Chris Paul, el director y líder del equipo sobre la pista. Griffin, a pesar de sus espectaculares números, presentaba varias lagunas: su tiro dejaba mucho que desear, y sus capacidades físicas no eran aprovechadas en su defensa contra jugadores de características similares a las suyas. Sumaba puntos por su facilidad física sobre el resto, y era un jugador espectacular, pero todavía incompleto.
En esta temporada 2013-2014 hemos podido apreciar la «evolución total» de Blake Griffin, especialmente durante el período de ausencia de Chris Paul. Ha continuado siendo ese jugador intenso y espectacular que tanto gusta al aficionado por sus brutales mates, y a la vez se ha multiplicado en las facetas de las que el equipo carecía sin Paul, demostrando, a sus 25 años, que aún tiene mucho margen de mejora, aun siendo una de las principales estrellas de la NBA.
Se ha observado una grana en el tiro de corta y media distancia por parte de Griffin. Mientras en la temporada 2012-2013 anotó 89 tiros de 273 intentos desde fuera de la zona (32% de acierto), en la campaña 2013-2014 ha anotado 146 tiros de 403 intentos, ascendiendo a un 36% de acierto, aparte, evidentemente, de la mayor cantidad de tiros que ha realizado desde fuera de la zona. Esto quiere decir que Griffin se atreve más ahora con estos lanzamientos que hace una temporada, y es un aspecto en el que continúa evolucionando, siendo un jugador cada vez más peligroso y difícil de defender para los equipos rivales. A continuación, las imágenes muestran los cuadros de tiro de Blake Griffin en las temporadas 2012-2013 (izquierda) y 2013-2014 (en la derecha). Fuente: nba.com/stats.
Blake Griffin ha realizado su mejor temporada desde que llegó a la NBA en 2010, y tanto es así que finalizó en tercer lugar en las votaciones para el MVP de la NBA, por detrás de los dos reyes incontestables del baloncesto mundial, Kevin Durant y Lebron James, que mantienen una rivalidad con un nivel al alcance de pocos. El ala-pívot de los Clippers ha promediado 24 puntos, 9 rebotes y 4 asistencias por partido durante esta temporada en la NBA.
Normalmente, cuando nos preguntan por los mejores jugadores de la NBA en la actualidad, salen los nombres de Lebron James, Kevin Durant, Paul George o Carmelo Anthony. Tal vez sea porque hemos encasillado a Griffin como una especie de «jugador-highlight», que aparece en los resúmenes de las mejores jugadas de manera regular, pero que no tiene el tirón de las estrellas anteriormente mencionadas. Pues bien, este jugador nos ha demostrado que es capaz de hacer mucho más que mates, e indudablemente ya forma parte del elenco de superestrellas de esta liga.
Además, es beneficioso para la competición que destaquen jugadores interiores como Griffin frente al gran crecimiento de los bases como jugadores a destacar (Westbrook, Irving, Paul, Rondo, Wall, Teague, Curry…), lo que parecía relegar a los «hombres altos» a un segundo plano. Griffin es una de las excepciones que confirma que los jugadores interiores no han perdido protagonismo en esta liga.
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