La droga buena del CID


 1CID

El domingo 6 de abril el C.B. Gran Canaria jugará por última vez en el Centro Insular de los Deportes. Desde el 22 de octubre de 1988 hasta ese día son infinitos los momentos vividos en el pabellón de la Avenida Marítima. La despedida es inminente y desde aquí queremos poner nuestro granito de arena, nuestro pequeño homenaje al CID.

Muchas son las personas relacionadas con el mundo del baloncesto que aseguran que la magia del CID reside en su gente, en sus aficionados. Así que qué mejor manera de hablar de “La Roca” que a través de ellos. He querido contar con los que tengo más “a mano”, algunos de mis compañeros de grada en los partidos, los culpables de que me enganchara a esta bendita droga, los que me llevaron al CID, los que oyen mis gritos, los que han ido tantas veces con resaca, los que cuentan batallas del Gran Canaria en cualquier momento… Sentados justo debajo de donde ahora luce la camiseta de Jim Moran, viven con entrega lo que ocurre en el Centro Insular cuando juega el Granca.

Aunque somos más, aquí dejo parte (imposible todo) de lo que me contaron sobre el CID Tony padre, Tony hijo, Cheki, Artu, Dani, Javi, Alfredo y Carlos.

Cada uno llegó al CID de una manera distinta. Tony Esparragón (ex jugador de baloncesto y actual presidente del C.B. Archi 8) estaba allí desde el principio: “Después de pasar por Rabadán, García San Román y Tamaraceite, en 1988 lo que tocaba era ir al CID”.  Más tarde, se uniría el otro Tony Esparragón, su hijo: “Papá, ¿te acuerdas de cuando yo jugaba en minibasket y Eduardo Polo nos daba entradas?”. Por aquel entonces, el equipo jugaba en EBA y a Ezequiel Cárdenes (Cheki), alumno del Claret,  también le daban entradas para el Granca en el colegio. No había problemas de aforo precisamente, sobraban muchos asientos: “Es que hay que ver de dónde venimos, ¡regalaban las entradas para que la gente fuera al CID!”, resume Tony padre. Cheki iba alguna vez cuando era muy pequeño, y aunque los primeros recuerdos que guarda son de la época de Burditt, Morton y Vandiver, cuando realmente se enganchó al Granca fue a partir de su último año de instituto: “Roberto Guerra estaba en mi clase y nos daba invitaciones. Luego, me fui a Tenerife a estudiar y lo seguía bastante, aunque no estuviera en la isla y siempre que podía venía al CID. Ahí ya iba con los chiquillos. En el 2007 me aboné al Granca, he ido fielmente a todos los partidos (y a las copas del Rey).” Otro que pisó el pabellón de la Avenida Marítima desde el siglo pasado, como él dice, es Arturo Esparragón: “En el 88, me regalaron una entrada para ver al Guaguas Las Palmas (equipo de voleibol), era una copa creo, llegamos antes y estaba jugando el Granca. Desde entonces he estado apareciendo por CID.” Así llegó Artu al CID, pero su actual relación con el baloncesto, a muchos niveles, es por culpa de su tío Tony al que iba a ver jugar de vez en cuando.

2Burditt Morton Vandiver

Por otro lado de la historia, Daniel Gutiérrez iba a la universidad y los fines de semana trabajaba en la empresa encargada del sonido del CID: “Un día de partido me tocó ir y desde ese día quede encantado. Hacía todo lo posible porque me tocara trabajar en el CID para poder ir a los partidos, hasta tal punto que más de una vez lo hice por amor al arte.” Añade que, a principios de la década de los 2000, “no funcionaba el equipo del techo y se colocaban unos altavoces en el pasillo de la grada apuntando a la pista”. Cuando dejó el trabajo, ya estaba demasiado enganchado al ambiente, así que se hizo abonado del club. Los primeros recuerdos claros de Javier Gutiérrez (hermano de Dani) coinciden con la época del Granca de Brabender: “Era el puto amo para mí”, asegura. Javi acompañó a Dani una vez al trabajo, coincidiendo con un partido frente a un grande (cree que Barça o Madrid), “desde ese día no dejé de ir, me enganché como le pasa a casi todo el mundo la primera vez que pisa el pabellón, enseguida se contagian las ganas de darlo todo animando, es la droga buena del CID”.

Por el año 2002, Global empezó a colaborar con el club llevando a los jugadores al aeropuerto en sus desplazamientos a la Península. A la empresa de guaguas le regalaban unas entradas y uno de sus  trabajadores, Alfredo Gutiérrez (el padre de Dani y Javi), repartía las suyas entre sus hijos y amigos. “Pero eran tal las conversaciones de ellos en casa, que al final decidí ir al CID a comprobar lo que decían. Quedé enganchado a la magia del pabellón y del buen ambiente que se respiraba.” Así que en este grupo de amigos, tenemos hijos que llevaron a su padre hasta el CID y padres que llevaron a sus hijos. Todos abonados fieles del C.B. Gran Canaria.

El último en sumarse, pero el que más vídeos ha grabado, es Carlos, el majorero, entrenador de baloncesto y jugador del C.B. La Conki, el equipo de aficionados que hace de pegamento para que todos los protagonistas, que he ido mencionando (y algunos más), se sienten juntos en el CID. Carlos venía a Las Palmas eventualmente, de pequeño: “Y siempre le decía a mi madre que me llevara por allí para ver el CID por fuera, sólo porque me asombraba, sabía lo que significaba. Empecé a seguir al Granca con McDonald, Moran, luego Norris… hará unos 10 años”. Desde el año pasado, el majorero vive aquí y no falla. Un abonado más.

Cuando se les pregunta por momentos destacados vividos en el Centro Insular, hay respuestas variadas, aunque la mayoría coincide en algunos clásicos (relacionados con Savané y Moran) y en que son demasiados como para elegir:

Para Tony padre, “son los momentos vividos como un aficionado del basket en general. Todo aficionado lo que hace es respetar un deporte y a los deportistas, y en el CID eso se hace, primero se respeta y luego ya si se puede, se gana. Hay varios momentos inenarrables dentro de lo deportivo y lo humano vividos sólo y exclusivamente dentro del CID. Ha habido muchos momentos, desde que se salvó al equipo, pasando por la primera clasificación para copa del rey hasta cuando ganamos al Madrid la primera vez con la canasta de Ramos”.

Tony hijo recuerda la final de la Copa Ronchetti, una de las primeras veces que el CID se descubrió como lo que es hoy en cuanto a ambiente. Y también destaca: “Como fuimos siendo cada vez más para ver al Granca y ya cogemos casi dos filas enteras para sentarnos juntos”.

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A Cheki, el que más memoria tiene para estas cosas, le cuesta hacer una selección entre tanto recuerdo, como a casi todos: “Por supuesto, los que todo el mundo dice, los tiros libres de Savané, que yo creo que casi ni los vi, el homenaje a Moran (se nos cayó la lagrimilla), partidos de play- offs increíbles y esta temporada el partido contra el Madrid. Recuerdo un partido con Maldonado, con varias prórrogas, en la última temporada de Freeland que estaba saliéndose, también English,… Fue un partidazo increíble. También destacaría en la temporada que lo pasamos mal, hace dos años, el partido en el que peor lo pasé en el CID. Normalmente lo paso mal, pero es luchando por estar arriba, la lucha por el descenso era algo a lo que los aficionados del  Granca no estábamos acostumbrados en los últimos años. Al final, ganamos, Haynes se hizo un gran partido y Bramos también, con los triples”.

Para Artu, hay muchos del Granca, pero se quedaría con la visita de los Globertrotters, “hacía poco que había empezado a jugar al basket y aluciné con las cosas que hacían”. También destaca la primera vez que  Savane jugó como visitante y lo presentaron: “Im-pre-sionan-te”.

Dani subraya “especialmente los años en los que cada partido el público sacaba al equipo a la cancha para agradecerle su esfuerzo. Daba igual el rival e incluso si se ganaba o se perdía. Cada partido en el CID acaba con el equipo saliendo otra vez a la cancha. Si se ganaba, todos contentos y si se perdía, con los jugadores disgustados y el CID levantándoles el ánimo. Es una pena que eso se haya perdido y que sólo ocurra en contadas ocasiones”. “Recuerdo cuando se lesionó Savané, todos lo vimos chunguísimo. Savané era el referente y de repente, como de la nada, emergió un Jackson Vroman espectacular, 30 puntos por partido y, sobre todo, la sensación de que nadie lo podía parar. Y la ovación a Gonzalo Martínez cuando volvió a casa vestido con la camiseta del Estudiantes. Fue increíble ver jugar a Marcus Goree, para mí de los más impresionante que ha pasado por el CID.”

Javi recuerda mucho  y no por el partido en sí, sino por la ilusión, los partidos de la Eurocup y los play-offs contra Unicaja. Añade que “el gran momento fue con los tiros libres de Savané. Ver a Carroll y saber que no pasaba nada si íbamos perdiendo que él lo iba a arreglar, ver tirar a Klein (uno de mis jugadores favoritos de toda la historia del Granca, jugaba con el 5 como yo). Y en general, me encanta esperar a que el equipo vuelva a salir y que al final de temporada, después de que nos eliminen, que los jugadores hablen con el micro”.

4 carroll

Alfredo guarda “con alegría, sobre todo en el 2005 la celebración en el pabellón de la clasificación para la copa del Rey. Y con emoción, la despedida a Savané (me impactó como jugador y también como persona, tuve la ocasión de reunirme para colaboran en una fundación que tiene en Senegal) y, por supuesto, el homenaje a Moran”.

Carlos, aporta la historia más reciente: “El Newley salvador, cuando nació su hija. ¡Cómo se contagió por el público! Hubo un murmullo que fue de menos a más, hasta que todos nos percatamos por qué era, había llegado Newley. Luego, el contagio a la pista con aquel parcial,… También me quedo con la victoria del año pasado al Barça y. después, al Caja Laboral en el play-off”.

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A título personal, aprovecho para añadir algunas cosas de los últimos tiempos: lo que daba la simple presencia de Spencer Nelson, sus “coast to coast”, el día que saltó por encima de la mesa para irse al vestuario después de meter un triplazo desde media cancha contra el Barça, cuando cogió el micro en la pista al final de la temporada pasada y aún no éramos conscientes de que se iría del Granca,… El alivio de la permanencia hace dos temporadas, el triple y los tiros libres de Alvarado el día del homenaje a Moran (y el palmeo de Mirotic…), casi cualquier defensa de Tomás Bellas, Eulis Báez haciendo de todo, la primera parte contra el Estu este año, el rebote-mate de Brad Newley contra el Joventut esta temporada, el 3+1 de Javi Beirán en el derbi y el final del partido contra el CAI con el triple de Albert Oliver.

5 Moran

Si hablamos del día con mejor ambiente dentro del CID, Cheki (coincidiendo con casi todos nuestros protagonistas) destaca dos partidos que curiosamente acabaron con un saldo negativo: “Primero en el del Panellinios, teníamos que remontar 11-12 puntos para ir a la Final Four de Turín de la Copa ULEB. Era entre semana, había un ambientazo increíble. Estuvimos a punto de pasar, de hecho, en el último cuarto nos llegamos a poner por encima en la eliminatoria. Luego apareció Blakney (que posteriormente sería base de Unicaja y Cajasol). El otro fue en el partido de play-offs contra Unicaja, el de la canasta de Cabezas. Si ganábamos pasábamos a semifinales. Había un ambiente espectacular. Los jugadores en el calentamiento pidieron que retiraran las bocinas que habían repartido entre los aficionados porque no se escuchaban entre ellos”.

“El mejor ambiente se ha vivido en cualquier final de partido, cualquier demostración de unión con los jugadores en la cancha. Yo he defendido con el Granca desde la grada, he metido una canasta desde la grada… Momentos insuperables dentro de un pabellón súper acogedor. Todo el mundo de pie en la última defensa, es el equipo y cuatrocientos tíos defendiendo, eso se nota. A alguien le dices: Nos pusimos de pie y estuvimos defendiendo. Y claro, el que no fue al CID no lo puede vivir, no sabe lo qué es eso”, así Tony padre describe muy bien un sentimiento compartido por muchos.

6Nelson

Desde otra perspectiva, Javi comenta: “Lo que sí sé es que cuando ha fallado El Malaguita, se nota una pasada el bajón en el ambiente, él marca el ritmo, la pauta. ¡Un crack! ¡Su camisa al lado de la Moran ya!”

A un nivel más personal, mis compañeros de grada, quisieron apuntar algunas cosas:

Cheki: “Con los chiquillos abrazándonos, casi llorando en las victorias. Cuando el CID grita, estiro mi brazo y veo la piel de gallina… Dejarme la mano dando golpes en el respaldo del asiento para hacer ruido cuando hay que defender en un final apretado. Y ver la cara de la gente, por ejemplo, me acuerdo en el homenaje a Moran, miré a la gente a la cara y eran unas caras de una emoción increíble. Se transmiten cosas allí que son muy difíciles de transmitir en cualquier otro deporte y creo que en cualquier otro lugar. A lo mejor en otro sitio sí pasa, pero en el Centro Insular la comunión entre el equipo y la gente ha sido algo exagerado”.

Carlos: “Me encanta ir con los amigos, se vive muy intenso cada partido. Cuando el público se mete a animar, impone y da miedo. El CID ruge. Allí sientes el ruido cuando ataca el rival y el silencio absoluto cuando uno de los nuestros va al tiro libre. Y el ver a casi 5.000 personas haciendo eso por un mismo equipo, te hace ser de este equipo”.

Artu: “Me encanta el ambiente que se vive y tengo amigos de hace años con los que no coincidiría si no fuera por el CID”.

Dani: “Cuando me independicé, los días del CID eran especiales porque me reunía con la familia y luego íbamos todos a comer a casa de mis padres. También es en el CID donde me reencuentro con Rosaura, la ginecóloga del parto de mis hijos. Es la misma que asiste  a las mujeres de los jugadores y una gran aficionada al Granca, hasta tal punto que cuando nació mi hijo Himar, mientras Haridian descansaba entre contracción y contracción, ella y yo hablábamos del equipo.”

Alfredo: “Aunque no fue exactamente en el CID, pero si gracias a él, me quedo con la experiencia vivida en la Copa del Rey de Zaragoza. Yo le decía al grupo que si el equipo participaba en la Copa hacíamos un viaje en caravana, que yo la llevaba. Y así fue, Javi, Toni, el Broka y yo montamos el viaje. Inolvidable, por la parte deportiva (ver al equipo en la Copa) y en lo personal, la convivencia en la caravana con ellos que me marcó positivamente. A mí me gusta el CID porque el ambiente que se respira es sano y donde nos encontramos gente de distintas generaciones, actividades, pensamientos pero que todo se queda en la puerta de entrada y se recoge a la salida. Dentro lo único es deporte. Bueno, y si ganamos, no te cuento”.

Javi: “Ir al CID se ha convertido en mis últimos 10 años en una de las cosas más ilusionantes que hacer, el mejor plan para un fin de semana, puedes llegar triste y en esas dos horitas te olvidas del mundo porque enseguida se te pega el ambientazo y ya solo cuenta el partido y salir increíblemente contento o puedes llegar contento y salir triste porque el Granca perdió (suele pasar pocas veces). En fin como se dice en estos casos, hay que vivirlo para saber de qué se habla, todo lo que se cuente sobre el CID siempre será poco comparándolo con la sensación de estar ahí animando (a no ser que el que escriba sea Gabriel García  Márquez que seguro que él lo relata tal y como es, pero ya es tarde para invitarlo al CID)”.

Tony hijo: “Es increíble lo que se echa de menos ese sitio, en el que se mezcla baloncesto, familia y amigos, cuando vives fuera”.

Tony padre: “He disfrutado del CID en la cancha, como jugador con la selección de veteranos de Las Palmas, a principios de los 90, una experiencia bonita en un pabellón nuevo en aquel momento. Luego he disfrutado yendo a ver el baloncesto con mis hijos, desde el 88 hasta ahora, pues imagínate… mi hijo Tony tiene 30 y Marina, 25 (viene cuando puede) y sigo disfrutando con ellos en el CID. Ahora toca irnos después de haber pasado por Rabadán, García San Román, y Tamaraceite. Ahora toca el Gran canaria Arena y volverlo a vivir, donde espero seguir disfrutando con mis hijos que es lo importante. Ir con mi hijo al CID es un orgullo, es lo máximo, lo demás es una bobería”.

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Y hasta aquí esta aportación a la despedida de nuestra casa. Mi intención ha sido mostrar un cachito de esa afición que hace del CID un lugar tan especial. Una pequeña muestra, que no tiene que ser representativa, pero sí creo que podría dar una idea de lo que significa “ir al CID a ver al Granca”.

Desde hace unos días, en Twitter, se recoge bajo el hashtag #RecuerdosdelCID (creado por Martín Alonso) todo lo que cualquiera que haya estado en “La Roca” quiera contar. Les recomiendo, que si no lo han hecho, le echen un vistazo y vean la dimensión que tiene este pabellón.

Espera ya el enorme y flamante Gran Canaria Arena, donde el Herbalife Gran Canaria jugará por primera vez enfrentándose al FC Barcelona la mañana del jueves 1 de mayo. El nuevo pabellón, con capacidad para 10.000 personas, provoca una mezcla de sensaciones, vértigo e ilusión, supone un reto y se presenta como un salto necesario para el crecimiento del club. Ojalá con el tiempo, el recuerdo del  acogedor CID permanezca solamente como eso, como un gran recuerdo cariñoso, y que la nostalgia no sea motivo suficiente para querer volver a la que fue nuestra casa. Pedro Martínez, en el vídeo realizado por el club con motivo del traslado al nuevo pabellón, dijo: “Al final esto es un edificio, está muy bien, pero los verdaderos protagonistas, los que han hecho que todos tengamos un sentimiento de que el CID sea un sitio histórico, son los aficionados y con ellos vamos a seguir siendo un club que va a continuar marcando historia”.

Que la droga buena del CID siga enganchando entre las paredes del Gran Canaria Arena.

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