Pues no. No lo habíamos visto todo en esto de los pasaportes. Creíamos que el escándalo de los pasaportes falsificados de Slaughter y Panko podía servir para que este asunto tomara un nuevo rumbo y no; no solo seguimos por el mismo camino sino que encima alcanzamos nuevas cotas.
Justin Doellman, nacido el 3 de febrero de 1985 en Cincinnati, Ohio, resulta que es kosovar. ¿Que no sabían que Ohio es un Estado de Kosovo? Eso es porque ustedes no siguen el baloncesto europeo. En caso contrario sabrían que Cincinnati cae por allí, según se llega a Pristina, a mano derecha.
Este fin de semana conocimos que Justin Doellman ha obtenido un pasaporte de Kosovo y por tanto ocupará plaza de europeo a partir de la próxima temporada. Esta noticia viene seguida por los rumores que apuntan a una inminente renovación de su contrato por el FC Barcelona.
Esta noticia tiene dos puntos que llaman la atención, el primero tal vez no tanto como el segundo. Por un lado, hay que recordar que el FC Barcelona se personó como parte perjudicada en el proceso por el pasaporte ilegal de Slaughter, con la intención de obtener el título de liga de la campaña pasada mediante la descalificación del Madrid por alineación indebida del jugador. Ahora, unos meses después, no duda, según parece, en ofrecer la renovación a un jugador a cambio de que deje de ocupar plaza de extracomunitario.
Por otra parte, y esto es lo que lleva el caso de Doellman un paso más allá, está la situación política de Kosovo: la República de Kosovo proclamó unilateralmente su independencia de Serbia el 17 de febrero de 2008 y, a día de hoy, está reconocida como Estado soberano por solo 111 de los 193 países que integran las Naciones Unidas. La situación es tan complicada que incluso el norte del país está regido por un gobierno autónomo pro-serbio, que no es reconocido por el del resto del país.
Entre las naciones que no han reconocido la soberanía de Kosovo, encontramos, lógicamente, a Serbia, pero también a Bosnia, a Macedonia, a Grecia, Eslovaquia, Rusia, Rumanía y… España.
Sí. España no reconoce la soberanía de Kosovo y por tanto su pasaporte no tiene validez legal en nuestro país. Y sin embargo, el jugador obtiene un pasaporte kosovar para poder ocupar plaza de europeo en la Liga Endesa.
El pasaporte debe ser tramitado ahora por la FEB que, tras el cambio legislativo de hace un año, exigirá que el jugador haya jugado con la selección de Kosovo para darle validez. Esto tiene tan fácil solución como que Kosovo juega este verano el preeuropeo de 2017 y Doellman será seguramente convocado. En cuanto salte a la cancha, el requisito se habrá cumplido.
Pero ¿de verdad la FEB puede dar validez a un pasaporte no reconocido por el Estado español? La FEB, que cumplirá la normativa de la FIBA en cuanto a las licencias federativas, ¿no está sujeta además a la legislación española? ¿El esperpento de los pasaportes va a llegar al extremo de que se dé validez a uno que no tiene validez en España? ¿Sí se puede ser kosovar para jugar al baloncesto profesional pero no para lo demás?
No sé qué decisión tomará la FEB, pero tome la que tome, tendremos asegurado un nuevo culebrón. Si la FEB inscribe a Doellman como kosovar, es de esperar que el CSD se oponga a la decisión. Si no lo inscribe y el jugador renueva por el FC Barcelona, es de esperar que el club recurra a la FIBA. Todo esto sin contar con posibles denuncias de otros clubes por alineación indebida o por utilización de un pasaporte no reconocido por nuestro país.
Tenemos por tanto otro capítulo más de esta vergonzosa y vergonzante historia que suponen las nacionalizaciones express de jugadores americanos. La ya muy larga lista cada vez produce más sonrojo y ya lo que nos faltaba es asistir a una situación como esta. Ohio está en Kosovo, que no está reconocido por España, pero igual sí por la ACB y la FEB. Que siga la fiesta.
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