Llegó la final de la Liga Endesa. Un año más, y van cinco consecutivos, los finalistas son, oh sorpresa, FC Barcelona y Real Madrid. En una liga cada vez con menos alicientes, sin descensos, sin ascensos, sin sorpresas, empieza a resultar muy monótono el desenlace anual de la competición: Real Madrid y Barcelona ocupan las dos primeras plazas de la clasificación al final de la temporada regular tras disputar a medio gas gran parte de los partidos de la temporada, mientras sus rivales llegan agotados a las eliminatorias tras tener que competir al máximo nivel. Como consecuencia, en semifinales no hay lugar para la sorpresa y una vez más tenemos a los dos clubes en la final. Y así hasta dentro de un año.
Este miércoles comienza la lucha por el título entre ambos clubes, tal y como contamos aquí. Y una vez más, los creadores de «El concurso de mates en la sede de Endesa un lunes laborable por la mañana» nos vuelven a soprender con «La final sin partidos en fin de semana«.
De entre todos los problemas que acucian a nuestro baloncesto, uno de los principales es la constante pérdida de espectadores que sufre temporada tras temporada. El desequilibrio entre clubes, la imposibilidad de ascender y descender, la mala gestión de los derechos televisivos, las pobres realizaciones, los horarios, etc, etc, van provocando que el espectador se acabe desenganchando de este deporte y tanto la ACB como las cadenas televisivas que tienen sus derechos de emisión, lejos de buscar fórmulas que recuperen espectadores, parecen empeñadas en finiquitar este deporte.
Con la nueva temporada arrancó el nuevo contrato con Movistar +, que pasó a emitir (casi) todos los partidos de liga por uno de sus canales de pago. TVE retuvo uno de los partidos de cada jornada que se siguieron programando en domingo. Como consecuencia, y pese al triunfalismo de alguno de los locutores de la antigua Telefónica de España, no ha crecido el número de espectadores alrededor del televisor, sino que ha descendido aún más. Cifras que hace un año nos parecían ridículas ahora se venden como grandes éxitos de audiencia (sí, a mí personalmente me han tratado de vender como un gran éxito 100.000 espectadores en un partido de Euroliga del Real Madrid, créanme).
Dicen que el retorno económico a los clubes compensa que el número de aficionados alrededor del televisor tienda cada vez con mayor velocidad a cero. No sé. Será verdad, pero yo sigo viendo a los clubes con la misma precaria situación económica de siempre y si el espectador deja de ver sus partidos, ¿qué conseguirá al final la ACB? ¿Tener las tumbas más lujosas del cementerio?
Viene todo esto a colación del calendario que se ha fijado para la disputa de la final de la Liga Endesa: Miércoles-Viernes-Lunes-Miércoles-Sábado. Y cada partido a una hora distinta. Con un poco de suerte, y no sería extraño, ningún partido se jugará en fin de semana.
Estamos de acuerdo en que la coincidencia con la Eurocopa de Francia es muy perjudicial y que es complicado competir con el fútbol pero el resto de ligas europeas o ya han concluido o ya llevan varios partidos de sus finales. ¿No se podía haber buscado la manera de comprimir algo más el final de liga? Porque las fechas de la Eurocopa las conocemos desde hace mucho tiempo.
En cambio, desterramos la final una vez más lejos del prime-time televisivo y la ofrecemos o pagando, o por Teledeporte, ese canal con un 2% de audiencia en sus mejores días y cuya promoción es inexistente. El miércoles se juega a las 20:30 y el viernes, a las 19:00, esta vez, eso sí, por La1. ¿Y por qué el cambio de horario? Pues porque ese viernes a las 21:00 juegan España y Turquía al fútbol. ¿Y van a conseguir algo adelantando el partido a esa hora y cambiándolo de canal? Seguramente no. A las 20:00 ya estará media España pendiente del previo del partido de fútbol mientras los mismos cuatro aficionados de toda la vida nos tragamos el partido de baloncesto, convertidos en esos bichos raros que aún siguen un deporte que se encamina hacia su invisibilidad como el cordero entra al matadero.
El lunes siguiente se juega el tercer partido de la serie, este a las 20:00, no vaya a ser que alguien se piense que todo va a la misma hora. Si ese tercer partido es el último (y recuerden que hace un año la final acabó 3-0), la final de la Liga Endesa habrá pasado por sus pantallas como Mr. Marshall por Villar del Río. La diferencia será que esta vez ni estará Berlanga para contárnoslo ni tendrá ninguna gracia.
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