Se jugaban los últimos segundos de la primera parte del cuarto encuentro de la serie entre los Rockets y los Warriors cuando Stephen Curry resbalaba al pisar los restos de sudor dejados en la pista por una caída previa de Donatas Motiejunas. La forma en que al jugador se le doblaba la rodilla no hacía presagiar nada bueno y, aunque tras el descanso volvió a pista para probarse en el calentamiento, tuvo que volver a los vestuarios para ser tratado por los médicos de su equipo.
El primer parte de urgencia emitido por los Warriors habla de un esguince en su rodilla derecha, sin especificar su gravedad, que será determinada cuando se le efectúen más pruebas durante el día de hoy.
Curry llegaba a este encuentro tocado tras sufrir una torcedura en su tobillo que le hizo perderse el tercer encuentro, pero ninguna de las dos lesiones es achacable al intento de su equipo de superar el récord de victorias en temporada regular de los Bulls de Jordan, ya que el base de los Warriors no ha sido, ni de lejos el jugador que más minutos ha disputado esta temporada. Muy al contrario, ambas lesiones se han producido por mala suerte.
Mala suerte que esperemos que quede en un susto, puesto que Stephen Curry es el mejor jugador de baloncesto de la actualidad y unos playoffs de la NBA sin su concurso no son lo mismo.
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