¿Sabías que Bob Cousy, una de las mayores leyendas de la historia de los Celtics, fue un jugador que llegó al equipo por la puerta de atrás, tras un fichaje que casi nadie en la franquicia quería?
Así es. Bob Cousy es uno de los mejores jugadores de la historia de la NBA. Jugador ambidextro y extremadamente habilidoso, base de los Celtics durante 14 temporadas, en las que se proclamó 6 veces campeón de la liga, una vez MVP de la temporada, 13 veces All-Star, 10 veces en el mejor equipo de la liga… Corresponsable de la aparición del reloj de posesión, debido a su facilidad para retener el balón sorteando rivales, 8 veces mejor pasador de la liga, y un largo etcétera. Y sin embargo, el día que se celebró el draft de 1950, Red Auerbach desestimó su fichaje, pronunciando esta frase:
«I’m supposed to win, not go after local yokels.»
«Me pagan por ganar, no por contratar paletos locales.»
Bob Cousy nació en Manhattan el 9 de agosto de 1928. Hijo único de una familia muy modesta de emigrantes franceses, empezó a jugar al baloncesto en el Andrew Jackson High School de Queens, también en Nueva York. El propio Cousy cuenta que tuvo la fortuna de caerse de un árbol en esos años, rompiéndose su mano derecha, lo que le obligó a aprender a usar la izquierda si quería seguir jugando al baloncesto, saliendo de su lesión convertido en ambidextro, un factor clave en su carrera.
Hijo de una familia de fuertes convicciones católicas, sus padres buscaron una universidad católica para que Bob siguiera sus estudios y ello le llevó en 1946 a la de Holy Cross, en Worcester, Massachusetts, a unos tres cuartos de hora de viaje de Boston. Cuatro años completos permanecería enrolado en el equipo de los Crusaders, jugando poco en su primera temporada, ya que Doggie Julian, el entrenador del equipo, repartía los minutos del banquillo a partes iguales entre todos los jugadores de primer año para que todos tuvieran las mismas oportunidades. Esto desesperaba a Cousy, que además sufrió las críticas de su entrenador, que lo consideraba demasiado teatrero en la cancha, buscando el lucimiento personal al exhibir sus habilidades al botar el balón. En cualquier caso, y por sorpresa, los Crusaders se harían con el título ese año, siendo el primer equipo de Nueva Inglaterra en proclamarse campeones de la NCAA. Eso sí: Cousy jugó muy poco.
En su segundo año las cosas no mejoraron y siguió jugando poco, llegando a buscar un traspaso a la Saint John’s University de Nueva York que por fortuna no se produjo. Y así llegamos a su última temporada en los Crusaders, cuando su suerte cambió. A 5 minutos del final, los de Holy Cross perdían cuando el público del Boston Garden estalló en gritos:
«¡Queremos a Cousy! ¡Queremos a Cousy!»
Doggie Julian no tuvo más remedio que poner al chico en pista. Y Cousy, en esos 5 minutos, remontó el partido con 11 puntos, incluyendo una canasta sobre la bocina tras una de sus virguerías con el balón. Cousy salió de ese partido convertido en el líder del equipo, guiando a los de Worcester a 26 victorias consecutivas y siendo elegido como uno de los cinco integrantes del All-American Team de ese año.
Y así llegamos al 25 de abril de 1950, fecha en la que se celebraba el draft de la NBA. Los Celtics, tras una desastrosa temporada, elegían en primer lugar y se daba por hecho que los de verde elegirían al chico de Worcester. Sin embargo, Red Auerbach no seleccionó a Bob Cousy, sino al pívot Chuck Share. Share, nacido en Akron, Ohio, en 1927, en cualquier caso, nunca llegaría a jugar en los Celtics, sino que acabaría siendo traspasado a los Fort Wayne Pistons, pero con su elección Auerbach le cerró la puerta a Cousy con la frase antes señalada.
La decepción de Cousy fue tremenda, ampliada cuando su nombre era el que pronunciaba el representante de los Tri-Cities Blackhawks en la tercera elección del drat. Los Blackhawks, de los que tal vez hablemos en otra ocasión, son el germen de los actuales Atlanta Hawks, pero por entonces repartían sus partidos como locales entre Moline y Rock Island, en Illinois, y Davenport, en Iowa.
Cousy se negó a fichar por el equipo por menos de un sueldo de 10.000 dólares, recibiendo una contra oferta de 6.000 que no aceptó. Tras esta negativa a jugar para los Blackhawks, serían los Chicago Stags los que sí que convencieran al jugador e inicialmente firmó por ellos.
Pero no acabarían aquí las peripecias del joven Bob Cousy, puesto que al poco de celebrarse el draft los Stags se disolvieron, quedando de nuevo en el aire el futuro del jugador. La liga decidió entonces celebrar un draft de disolución de la franquicia en el que quedaron tres jugadores disponibles par aser elegidos: Max Zaslofsky, Andy Phillip y Bob Cousy. Y nuevamente, los Celtics fueron uno de los tres equipos a los que se les invitó a este draft.
Walter A. Brown, dueño de los Celtics, dejó muy claras sus preferencias: primero, Zaslofsky, después, Phillip. Cousy, bajo ningún concepto. Un scout de los Celtics llegó a decir que a la primera vez que Cousy se pusiera a presumir con el balón en la liga, alguno se lo iba a hacer tragar.
Y entonces, los Celtics eligieron a Bob Cousy y le ofrecieron un sueldo de 9.000 dólares. Brown, al saberlo, según contó poco después, se llevó tal susto que casi se desmaya.
En cualquier caso, finalmente el chico de Worcester acabó en el equipo de Boston, eso sí, contra el criterio de casi todos en la franquicia. Criterio que no tardaría ni unos meses en cambiar, cuando se convirtiera en el líder del equipo. Hoy está unánimemente considerado uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.
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