Se retira el que seguramente haya sido el mejor base norteamericano de las últimas dos décadas. Con 41 años, Steve Nash, canadiense nacido en Sudáfrica, criado en Victoria y formado en California, deja el baloncesto tras una larga racha de lesiones que no le ha dejado apenas participar en la liga desde que fichara por los Lakers en 2012, en lo que se suponía que iba a ser un brillante final de carrera.
Como le sucedió a otro base muy longevo, John Stockton, se retira sin poder haber sido campeón de liga, pero tras haber impartido magisterio durante centenares de partidos. Jugador ambidextro y tremendamente habilidoso, con una gran visión de juego y un excelente conocimiento del juego, tal vez debió retirarse antes, pero sus últimas tres temporadas no pueden empañar una trayectoria brillante en la NBA.
Fieles a nuestro compromiso con la NCCA, para despedir a Nash no hemos elegido un partido con los Suns o los Mavs, sino uno correspondiente a su etapa universitaria: el del 18 de marzo de 1993, primera ronda de las eliminatorias de la Región Oeste, en el comienzo del March Madness de esa temporada.
Se enfrentaban los Broncos de Santa Clara, decimoquinto cabeza de serie, y equipo en el que Nash era freshman y jugaba de escolta, no de base, frente a los Arizona Widcats; estos últimos de blanco, los primeros de rojo. Nash, número 11 a la espalda, en su segundo año en la liga, era escolta y suplente, pero ya era una de las sensaciones de la temporada y resultaría decisivo en este partido. Gracias por todo Steve.
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