Y llegó noviembre y lo hizo de la misma manera que había llegado y se había ido octubre, con el Real Madrid a la velocidad de crucero que ha cogido en este inicio de temporada y que hace que vaya pasando por los partidos a un ritmo arrollador.
El Real Madrid jugaba el mismo día 1 de noviembre su primer partido del mes, correspondiente a la tercera jornada de Euroliga, y contra un equipo, el EA7 Milano, que todos los años apunta alto en Europa pero que sistemáticamente se ha ido quedando por el camino antes de tiempo. En esta ocasión, se presentaba el equipo milanés en el Palacio con un equipo renovado con el objetivo de por fin dar el salto que le permita luchar por estar en la Final Four. Sin embargo, tras un inicio de partido igualado, al Madrid le bastó con apretar en defensa en el segundo período para hacer añicos el partido y llevarse otra victoria muy cómoda dando la sensación de jugar a medio gas durante casi todo el partido.
Si el partido tuvo poca historia, no se puede decir lo mismo de la exhibición que Nikola Mirotic brindó a su afición, completando un partido perfecto: 12 de 12 tiros encestados para un total de 19 puntos, 6 rebotes, 2 asistencias, una pérdida de balón, 2 faltas cometidas y 4 recibidas en tan solo 21 minutos y medio de juego. Esta actuación, junto con las de los dos primeros partidos de la competición sirvieron para que el montenegrino fuera designado MVP del primer mes de Euroliga con unos números que ciertamente asustan: 16,3 puntos (71,4% en tiros de 2, 85,7% en tiros de 3 y 91,7% en tiros libres) 6,3 rebotes, una asistencia y 1,7 robos de balón de media en tan solo 21 minutos y 19 segundos de juego por partido.
El 3 de noviembre, el Real Madrid volvía a la competición doméstica y lo hacía en casa frente al Bilbao Basket. El equipo bilbaíno, hasta hace poco uno de los conjuntos que se le solían atragantar al Madrid, llegaba agobiado por sus tres derrotas en los tres primeros partidos de liga, pero si el EA7 Milano se había topado de salida con la exhibición de Mirotic, en esta ocasión era Ioannis Bourousis el encargado de sentar las bases del partido en el inicio: 13 puntos con un único fallo en 6 lanzamientos y cinco rebotes en el primer cuarto permitían al Madrid coger un 21-7 nada más empezar el partido, aunque el Bilbao no se rendiría tan pronto y con un 2-11 a su favor terminaba el primer cuarto a sólo 5 puntos de los madrileños, 23-18. Sin embargo, el Madrid no dejaría que el Bilbao se acercara más en el marcador y en el segundo cuarto recuperaría 12 puntos de ventaja que ya los bilbaínos no serían capaces de reducir más allá de los 7 puntos, rompiéndose definitivamente el partido al comienzo del último período hasta el 92-75 final. Con un Nikola Mirotic gris por primera vez en la temporada y en un partido en el que Laso dio descanso a Rudy Fernández y repartió más minutos para los menos habituales, además de Bourousis destacaron una vez más los dos Sergios y Felipe Reyes.
Cuatro días después, cuarto partido de la primera ronda de la Euroliga, en la pista del Estrasburgo francés. Partido muy distinto de los jugados hasta ahora, con el Madrid con muchos problemas para hacer su juego en ataque debido a la excelente defensa planteada por Vincent Collet, que provocó que el equipo estuviera muy espeso, no encontrando en toda la primera parte la manera de meter buenos balones bajo el aro. Sin embargo, un extraordinario primer tiempo de Rudy Fernández y de nuevo un gran trabajo defensivo y el acierto desde más allá de la línea de tres provocaban que el partido se rompiera justo antes del descanso (31-46). Dos robos seguidos nada más empezar la segunda parte disparaban la ventaja por encima de los 20 puntos y de ahí hasta el final el partido se convirtió en un mero trámite. 66-85 para el Real Madrid al final del partido que certificaba el mejor inicio de un equipo en la competición continental desde el año 2000.
Lo más destacable del partido disputado en Francia era que, pese a no poder hacer su juego, el equipo se disparaba de nuevo por encima de los 80 puntos, con un excelente acierto en el triple (15/33) y con un gran trabajo defensivo en el que otra vez hay que destacar el nivel de los jugadores interiores, con un Bourousis que ha otorgado un salto de calidad muy grande al juego bajo los aros en los dos tableros, pero en el que tampoco nos podemos olvidar de la defensa por fuera, muy atenta a las líneas de pase y a intentar robar balones que permitan salir en transición.
De vuelta a la Liga Endesa, el Real Madrid recibió el domingo 10 de noviembre al Bruixa d’Or Manresa, equipo que el año pasado se libró del descenso por la imposibilidad de Lucentum Alicante y Autocid Burgos de hacer frente a los requisitos económicos que impone la ACB para jugar en la primera división de nuestro baloncesto pero que, con un equipo muy joven y un estilo de juego atrevido, venía siendo una de las sensaciones de este arranque de temporada.
El 111-63 con el que acabó el partido y que se queda hasta corto considerando el 88-47 con el que se inició el último cuarto no ofrece ninguna duda sobre lo que se vio en el Palacio de Deportes. Apoyado en una gran defensa y con un hambre que hacía tiempo que no se veía en los jugadores blancos, el Real Madrid destrozó a su rival en un partido espectacular; para batir varias de sus plusmarcas en anotación y acierto. En una nueva exhibición individual de Nikola Mirotic, los bases y Rudy Fernández volvieron a brillar, permitiéndose Laso el lujo de dar descanso a Bourousis. La canasta imposible de Felipe Reyes sobre la bocina del intermedio posiblemente no sea más que una anécdota, pero ejemplifica a la perfección tanto el nivel de acierto del equipo como la ausencia de relajación de la plantilla incluso con los partidos encarrilados.
Y si lo del partido contra los manresanos fue exagerado, se quedaría en nada con lo ocurrido tres días después. Llegaba al Palacio de Deportes el Anadolou Efes, equipo que el año pasado estuvo a punto de dejar al campeón Olympiacos fuera de la Final Four y claramente el rival más fuerte del grupo, y el Madrid lo trituró por un espectacular 103-57.
Tras un primer cuarto en el que los turcos pudieron contener el vendaval blanco y en el que de nuevo la pareja Mirotic-Bourousis tiró del equipo, la aparición en pista de Sergio Rodríguez y Marcus Slaughter hizo añicos el partido en un visto y no visto. De nuevo con la defensa funcionando a un nivel increíble, el Chacho se dedicó a encontrar líneas de pase imposibles para desencadenar una tormenta de jugadas espectaculares que cerraban el cuarto con un parcial de 28-10, un global de 47-23 tras veinte minutos y las gradas convertidas en una fiesta. En la segunda parte, el Madrid, lejos de dejar pasar el tiempo, lo que durante años le ha costado caer en la apatía y ver cómo se le complicaban partidos decididos, mantuvo el ritmo y la diferencia fue creciendo inexorable hasta el 103-57 final. Espectáculo como hacía mucho tiempo que no se veía en el Palacio de los Deportes ante un rival de primer nivel europeo y un clarísimo puñetazo en la mesa de un equipo que este año parece decidido a pelear por todo.
Y con estos antecedentes, el Madrid se presentaba en el Centro Insular de Deportes de Las Palmas para disputar un choque que se preveía complicado y que a ciencia cierta lo fue para los blancos. Planteó Pedro Martínez un partido de defensas, sabiendo que no se puede jugar a este Madrid actual a 90 puntos y salir vencedor. Así, con una defensa extraordinaria y dura y en ataque cargando el juego sobre los jugadores interiores y con especial atención al rebote de ataque, el Granca impidió que el Madrid pudiera correr y obligó al rival a alargar sus posesiones. Como además la defensa no permitía que los interiores madridistas pudieran desplegar su juego, el conjunto canario pronto cogió hasta 9 puntos de ventaja en el primer cuarto, reducidos al 22-17 con el que acabaron los primeros diez minutos. Con un Bourousis desbordado en defensa y absolutamente desacertado en ataque, el Madrid no encontraba su juego y sólo Mirotic sostenía al equipo.
El Gran Canaria, por primera vez en la temporada, había sacado al Real Madrid de su juego arrollador y le obligaba a una pelea por cada palmo del terreno. Y el Madrid aceptó el reto. Punto a punto, en el segundo cuarto con la salida de Sergio Rodríguez y sobre todo un Marcus Slaughter que firmo un partido soberbio, el Madrid se iba metiendo en el partido hasta lograr irse al descanso con dos puntos de ventaja, 37-39. Tras la reanudación, despertó Bourousis y parecía que el Madrid lograría coger el mando del partido, pero el conjunto canario no estaba dispuesto a permitirlo y, con la misma fórmula de defensa y juego interior, volvió a bloquear el juego madridista. El cuarto acababa con un 53-54 para el Madrid que dejaba todo pendiente para los últimos 10 minutos.
Empezó el último cuarto el Madrid, por fin, con un 0-6 que le daba una ventaja que ponía el partido de cara, 53-60, pero el Gran Canaria logró de nuevo llevar el partido al empate a tres minutos del final. Sin embargo, un nuevo tirón del Madrid de la mano de Jaycee Carroll le permitió coger de nuevo 6 puntos de ventaja que ya sabría administrar a la perfección para acabar ganando el partido por 70-75.
Excelente partido de lucha por parte de los dos equipos que se llevaba el Madrid, por primera vez en la temporada teniendo que remangarse y meterse en el cuerpo a cuerpo. El Gran Canaria demostraba el por qué de su gran arranque de temporada y el Madrid quedaba como líder en solitario demostrando que cuando no puede hipnotizar al rival también sabe meterse en la guerra de guerrillas.
El Madrid volvió a la Euroliga el 22 de noviembre, el mismo día que se hacía oficial la renovación de Pablo Laso hasta el verano de 2016. Sexto partido de la primera ronda y nuevo paseo para los blancos, que vencieron por segunda vez esta temporada al Zalgiris Kaunas por un claro 95-67. Esta vez ni siquiera hubo que esperar al segundo cuarto para que el partido se rompiera, puesto que el 28-14 con que terminó el primer cuarto supuso ya una frontera insalvable para el Zalgiris. Sin embargo, los lituanos trataron de meterse de nuevo en el partido en los siguientes 10 minutos, pero un último minuto mágico del Madrid antes del descanso, liderado por un Sergio Rodríguez en estado de gracia, estiraba el marcador desde el 46-32 al 56-32 en un visto y no visto que sepultaba cualquier intento de remontada. Durante el tercer cuarto la diferencia se movió por encima de los 30 puntos, reducidos ligeramente al 95-67 final. El Madrid volvió a ofrecer ratos de gran espectáculo sin necesitar hacer un gran partido y Laso pudo aprovechar el último cuarto para repartir minutos entre los que menos juegan y hacer pruebas.
Dos días después, derbi madrileño contra el Estudiantes, que visitaba al Madrid agobiado por sus cinco derrotas en seis partidos, pero que recuperaba a Lucas Nogueria. En el Madrid era baja Felipe Reyes por segundo partido consecutivo. Típico derbi con las defensas siendo superiores a los ataques. El Estudiantes fue capaz de anular el juego interior del Madrid, como ya había hecho el Gran Canaria una semana antes, y con la resurrección de Kyle Kuric puso en muchos problemas al Madrid en la primera parte, que con un Bourousis desaparecido y un Rudy Fernández excesivamente individualista, tuvo que encomendarse al partidazo, otro más, de Nikola Mirotic y a los lanzamientos lejanos de Jaycee Carroll y Sergio Llull.
La entrada en pista de Draper tras el descanso permitió al Madrid mejorar en defensa y, junto con un par de triples consecutivos de Sergio Rodríguez y el trabajo de Mirotic, el partido terminó rompiéndose hasta el 72-57 final. Mal partido del Real Madrid, con un pésimo porcentaje del 37% en el lanzamiento de dos (pero un muy buen 45% en el triple) para anotar sólo 30 puntos desde dentro de la línea de 6,75 y 10 balones perdidos. Entre Bourousis, Slaughter y Mejri tan solo aportaron 6 puntos de los 72 del equipo. En el extremo opuesto, Nikola Mirotic acabó el partido con 16 puntos y 13 rebotes. En cualquier caso, decimoquinta consecutiva del equipo, que además ampliaba la distancia con el FC Barcelona al perder éste en Santiago de Compostela ante el Obradoiro.
El miércoles 28 de noviembre viajó el Madrid a Bamberg para disputar su séptimo partido de la primera ronda de Euroliga frente al Brose Baskets de los viejos conocidos Novica Velickovic y D’Or Fischer. Con la clasificación ya cerrada la semana anterior, el Madrid se mostró sin tensión en defensa durante casi todo el partido y así, a mediados de la primera parte perdía por 11-4. El equipo reaccionó para acabar le primer cuarto con un empate a 20 y en el segundo cogería el mando en el marcador para acabar la primera parte con un 38-43 que dejaba abierto el partido y daba esperanzas al conjunto alemán de cara a la segunda parte.
Sin embargo, a la vuelta de vestuarios y con la habitual entrada de Draper, el equipo blanco apretó en defensa y con un parcial de 5-17 parecía dejar cerrado el partido. No se rindieron los jugadores de Bamberg y, aprovechando que el Madrid volvió a perder la intensidad defensiva, fueron remontando punto a punto ante la pasividad de los jugadores blancos bajo su aro par situarse en un 69-72 a cuatro minutos del final, que, por la forma en que se había alcanzado, presagiaba que tal vez se fuera a presenciar la primera derrota blanca de la temporada. El Madrid sobrevivía en ataque de la mano de los lanzamientos lejanos de Sergio Rodríguez pero en defensa concedía segundas y terceras oportunidades a los jugadores alemanes, que no estaban dispuestos a desaprovecharlas. Solicitaba en ese momento un muy oportuno tiempo muerto Pablo Laso y a la vuelta del parón un triple del posiblemente jugador más dominante en Europa ahora mismo, Nikola Mirotic, seguido de un rebote en ataque con posterior asistencia a Rudy sentenciaba las opciones del Brose Baskets. Un espectacular parcial de 0-17 en un visto y no visto, de nuevo con el equipo dando su verdadero nivel de este inicio de temporada, dejaba el marcador final en 69-89. Excesivo castigo para los de Bamberg, pero el Madrid a estas alturas de temporada no concede un respiro.
El último partido de noviembre lo disputó el Real Madrid contra el Cajasol en Sevilla. El Cajasol venía en racha tras ganar sus últimos cuatro partidos, incluyendo su enfrentamiento con el Baskonia y sus visitas a Zaragoza y Gran Canaria, lo que le había situado en puestos de playoffs, siendo además una de las mejores defensas de la liga, con una media de 69 puntos encajados por partido. Sin embargo, el Madrid no estaba dispuesto a pasar los apuros de los últimos compromisos y abrió el partido con un parcial de 4-24. Apostó Laso de inicio por Salah Mejri como pívot, ante los síntomas de cansancio que parece mostrar Bourousis en las últimas dos semanas y el tunecino hizo un muy buen partido. Tras el arranque, el Cajasol se recompuso y logró remontar hasta el 26-29 mediado el segundo cuarto, con un parcial de 22-5. Pero, de nuevo, volvió a aparecer el Madrid que cuando se siente acorralado con un par de zarpazos se quita al rival de encima y así, con un nuevo estirón, 7-21, dejaba el encuentro sentenciado antes del descanso, 33-50. Un 11-27 en el tercer cuarto llevaba la diferencia a un 44-77 inalcanzable para un Cajasol que sin embargo peleó hasta el final, pero que no pudo hacer nada ante el torrente de juego que es capaz de desplegar el Madrid. 62-97 al final del partido, con Sergio Rodríguez siendo aplaudido por el público sevillano. Octava victoria del Real Madrid en liga, olvidando los problemas pasados en los últimos partidos y de nuevo sin tener que apretar más que mediado el segundo cuarto.
Terminado noviembre, el Madrid lidera la Liga Endesa con una victoria de ventaja frente al Valencia BC y presenta el mejor ataque y la mejor defensa de la liga con un resultado medio de 91-67. Por su parte, tras siete partidos en Euroliga, presenta también los mejores números en ataque y en defensa de todos los participantes, habiendo ganado sus partidos por un marcador medio de 92-65, con un basket average total de 192 puntos a favor. El Real Madrid y el Olympiacos, últimos finalistas de la Euroliga, son los dos únicos equipos que a estas alturas de la temporada aún no conocen la derrota ni en la competición doméstica ni en la liga europea.
Aunque en los últimos partidos el Madrid ha levantado aparentemente algo el pie del acelerador, cosa lógica, dado el increíble nivel de juego con el que arrancó la temporada, sigue mostrándose intratable. Los primeros problemas serios sufridos en sus últimos partidos han servido para comprobar que el equipo está también preparado para pelear cuerpo a cuerpo cuando no puede arrollar al rival.
En dos meses, diecisiete victorias en otros tantos partidos y un nivel de juego que permite a la afición madridista seguir disfrutando y seguir soñando.
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