
Pese a la derrota frente al Olympiacos del Pireo, que repite título continental, el Real Madrid ha vuelto a una final de la máxima competición europea tras 18 años de decepciones. Esto que sigue pretende ser un repaso más o menos breve a las ocho Copas de Europa y siete subcampeonatos del conjunto blanco, el equipo más laureado del viejo continente.
Creada en 1958 por la FIBA, las dos primeras temporadas la Copa de Europa fue dominada por el ASK Riga, al que sucederían durante las siguientes temporadas los equipos soviéticos del CSKA y el Dinamo de Tblisi.
Precisamente contra el Dinamo de Tblisi se presentó por primera vez el Real Madrid en una final de Copa de Europa. Fue en la temporada 1961/62, la misma temporada de la auto-canasta en Varese, cuando el gran genio Pedro Ferrándiz llevó al equipo a la final de Ginebra, donde perderían por 90-83.
Sin embargo, aquella final marcaría el inicio de los mejores años del Real Madrid en Europa, que repetiría final (y derrota) al año siguiente ante el CSKA de Moscú, antes de llevarse su primera Copa de Europa en 1964.
Curiosamente, aunque había sido Pedro Ferrándiz el que había construido el equipo y el que lo había llevado a lo más alto en España y en Europa, la temporada 1963/64 el alicantino no estaba al cargo del equipo, sino que el entrenador era Hernández. Ferrándiz esa temporada ejerció de director deportivo.
Tras perder en Brno por 110-99, el Madrid venció en casa por 84-64, obteniendo así su primera Copa de Europa. Aquella plantilla del Real Madrid que conquistó por primera vez Europa estaba formada por Emiliano, Palmero, San Martín, Monsalve, Hanson, Luyk, Burguess, Descartín, Sainz, Duran y Sevillano. Nombre míticos del baloncesto madridista y español. Emiliano sería el máximo anotador de aquella serie final con 29,5 puntos de media.
Al año siguiente el Madrid repitió, titulo, ya con Ferrándiz de vuelta en el banquillo, imponiéndose al CSKA de Moscú en la que fue la última final de Copa de Europa a doble partido. Tras perder 88-81 en Moscú, el Madrid venció en la Ciudad Deportiva por 76-62.
La tercera Copa de Europa del Real Madrid es la de 1967. Aquel año el Madrid derrotó en la final al que era vigente campeón, el Simmenthal de Milán, al que venció en la final por 91-83. Al año siguiente, el Real Madrid logró su cuarta Copa de Europa, la tercera de Ferrándiz, venciendo en Lion al Spartak de Brno, el equipo contra el que había conquistado su primera copa sólo 5 años antes, por 98-95.
La final de 1969 es una de las más polémicas que ha disputado el Real Madrid, sobre todo porque se disputó en Barcelona donde el público local creó un ambiente infernal contra el equipo blanco y tomó partido contra el CSKA de Moscú desde el salto inicial. Tras una prórroga a la que se llegó tras un increíble fallo de Aiken en una bandeja aparentemente sencilla, el CSKA acabó imponiéndose por 103-99.
Terminaba la década de los 60 con el Real Madrid 4 veces campeón de Europa y 3 subcampeón. Había sido el gran dominador de la competición desde 1962 y un nombre destacaba por encima del de las estrellas blancas: Pedro Ferrándiz.
Los años 70 vieron la irrupción de un equipo legendario: el Ignis Varese. Capitaneado por el jugador que más Copas de Europa tiene en su poder con siete, Dino Meneguin, los italianos estarían presentes en todas las finales de la década, ganando la mitad de ellas.
Mientras tanto, el Real Madrid no conseguiría volver a una final europea hasta 1974 y lo haría de nuevo a lo grande, venciendo al ya entonces tricampeón de Europa Ignis Varese por 84-82. Este partido además supuso la presentación en sociedad del, posiblemente, mejor base que ha dado el baloncesto español: Juan Antonio Corbalán. Fue el cuarto y último título europeo de Pedro Ferrándiz, que al año siguiente se despidió tras llegar a la final nuevamente, siendo derrotado por los italianos.
En trece años al frente del Real Madrid, Pedro Ferrándiz logró 12 ligas, 11 copas de España y 4 Copas de Europa. Logrando por dos veces la triple corona. Si tenemos en cuenta que estos títulos se lograron en sólo 13 temporadas, Ferrándiz es sin duda el entrenador de más éxito del baloncesto europeo.
A partir de la temporada 1975/76, Lolo Sainz se hizo cargo del equipo y se puede decir que empezó de la mejor manera posible: finalista de nuevo frente al Ignis Varese en 1976, en 1978 caería la sexta Copa de Europa, en Munich, derrotando al equipo varesano por 75-67 con 25 puntos de Walter Szczerbiak.
Aunque los años 70 el dominador había sido el Ignis Varese, el Real Madrid había logrado dos nuevas Copas de Europa y había estado presente en otras dos finales más.
La década de los 80 se inició con la séptima Copa de Europa y con el nacimiento de una rivalidad mítica en Europa: en Berlín Occidental el Real Madrid derrotó por 89-85 al Maccabi Tel-Aviv en un duelo que sería el primero de una larga serie de enfrentamientos a cara de perro durante los siguientes años.
No volvería el Madrid a una final de la máxima competición europea hasta 1985, cuando un tal Drazen Petrovic le amargó la noche al equipo blanco, llevando a la Cibona de Zagreb al título, venciendo en Atenas por 87-78.
Fue la última vez que el Real Madrid logró llegar a la gran final hasta 1995, aunque durante los años 80 y bajo la dirección de Lolo Sainz se vivirían algunos de los duelos que ya forman parte de la historia grande del baloncesto europeo frente al Maccabi de Tel-Aviv, la Cibona de Zagreb o el Olimpia Milano, o la famosa final de la Recopa de los 62 puntos de Drazen Petrovic. Durante esos años el Madrid consiguió además de la Copa de Europa de 1980, dos Recopas, una Korac y cuatro Supercopas europeas.
Pero 1989 fue un año aciago para el Real Madrid con la marcha de Petrovic a la NBA y la muerte de Fernando Martín. Dos duros golpes unidos a la irrupción en escena de dos técnicos que marcarían los siguientes años en Europa: Bozidar Maljkovic y Zeljko Obradovic, que, desde una Yugoslavia que se descomponía, revolucionaron por completo el baloncesto europeo.
Y sería precisamente Zeljko Obradovic el entrenador que llevó al Real Madrid a la octava Copa de Europa en 1995. Fichado en el verano de 1994 por un ya muy enfermo Mariano Jaquotot, Obradovic llegaba al Madrid tras hacer campeones de Europa al Partizan de Belgrado y al Joventut de Badalona. En 1995, con un equipo en el que sólo sobresalían Arvydas Sabonis y Joe Arlauckas, rodeados de un montón de guerreros, el Real Madrid se imponía con rotundidad al a priori favorito, el Olympiacos del Pireo, por 73-61.
Dieciocho años después, el Real Madrid ha vuelto a una final continental. Aunque no ha logrado el título, la trayectoria durante esta temporada permite pensar que la travesía del desierto desde 1995 se ha terminado y que el Madrid ha vuelto a la élite para quedarse. Aunque no ha podido conseguir el triunfo, esperemos que sí se hayan sentado las bases que le permitan volver a convertirse en un asiduo de las finales europeas.
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