Saludos amigos. Seguimos con el repaso a partidos de leyenda aquí, en JordanyPippen. Hoy repasamos el que fue el partido más importante de la selección española de baloncesto durante más de una década. El partido que, hasta la irrupción de los juniors de oro, ha sido la mayor gesta cosechada por el baloncesto español.
Nos referimos a la inolvidable semifinal de los JJ.OO. de Los Ángeles ’84 entre España y Yugoslavia. Un partido para nostálgicos.
Una semifinal, en la que Yugoslavia partía, en teoría, como favorita al ser la actual la campeona olímpica y al llegar imbatida a esas semifinales (6-0) en un grupo donde fue claramente superior a selecciones como Francia, Brasil o Italia. Mientras España que España se presentaba en este vital partido con 5 victorias y 1 derrota, en un grupo con Estados Unidos, Canadá o Australia.
El equipo dirigido por el inolvidable Antonio Díaz Miguel estaba ante la gran oportunidad de lograr algo histórico para el baloncesto de este país. Para ello, el entrenador madrileño puso en liza el siguiente quinteto: Ignacio Solozábal de base, Juan Antonio San Epifanio “Epi” de escolta, Juanma López Iturriaga de alero, Andrés Jiménez de Ala-Pívot, y el inolvidable y siempre recordado Fernando Martín de Pívot.
Mientras que la selección balcánica, dirigido por uno de los mejores entrenadores de la historia del baloncesto europeo, Mirko Novosel, se presentaba en este decisivo encuentro con el siguiente cinco inicial: Nebojsa Zorkic de base, el siempre añorado Drazen Petrovic de escolta, el inigualable Drazen Dalipagic de alero, Mihovil Nakic de Ala-Pívot y Rajko Zizic de pívot.
Los primeros minutos de partido son algo precipitados, con los equipos algo nerviosos. Epi por parte del equipo español y Dalipagic por parte del yugoslavo son los primeros protagonistas en estos minutos de tanteo.
Con la lesión de Zorkic, Novosel se ve obligado a cambiarle y dar entrada a Aleksander Petrovic. Con la entrada del mayor de los hermanos, Yugoslavia se coloca en una defensa zonal 1-2-2 que le empieza a dar buenos resultados.
Dalipagic, y sobre todo un Drazen Petrovic que comenzaba a coger el testigo anotador en Yugoslavia, los balcánicos se colocan seis puntos arriba (10-16) aprovechando el nerviosismo y los errores de España en sus ataques.
Díaz Miguel viendo que España tiene problema a la hora de atacar el aro yugoslavo se ve obligado a meter en cancha a Juan Antonio Corbalán y a José María Margall por Solozábal y López Iturriaga, para intentar darle un nuevo aire al ataque español.
Los cambios parecen venirle bien a España. Margall anota cuatro puntos consecutivos, con la buena ayuda de Andrés Jiménez, que hace que España recorte la diferencia y le permitiera seguir en el partido, por mucho que Dalipagic y Drazen Petrovic intentaran lo contrario con sus canastas.
Los mejores minutos de Yugoslavia coinciden con la entrada de Radovanovic por Zizic. El pívot balcánico comienza a hacerse el dueño y señor de ambas zonas, y esto unido a la mala defensa y a los ataques muy lentos del equipo español hacen que el equipo dirigido por Mirko Novosel coja su máxima ventaja a falta de menos de 5 minutos para el final de la primera parte (28-38).
Antonio Díaz Miguel, viendo que con Solozábal y Corbalán no le funcionó el experimento, probó con José Luis Llorente a los mandos del combinado nacional. Además metió en pista a Fernando Romay para intentar parar a Radovanovic.
A raíz de esos cambios España fue a más. José María Margall seguía estando fino de cara al aro rival, Llorente estaba dirigiendo muy bien al equipo, y con un Romay notable en defensa, España bajó la diferencia yugoslava a tan solo 4 puntos.
Aldo Knego, que había sustituido a Nakic, mantuvo esa ventaja hasta el final de la primera parte, a la que se llegó con el resultado de 35-40.
España había acabado esta primera parte perdiendo solo de 5 puntos, a pesar de hacer un primer periodo muy malo, y con la confianza de darle la vuelta en la segunda mitad.
La selección de Antonio Díaz Miguel comenzó la segunda mitad muy enchufada y dispuesta a llevarse el partido. El entrenador madrileño salió con los mismos jugadores que acabaron la primera parte, y tan buen resultado le dieron.
Un parcial de 8-0 para España en los primeros 2:15 volcaban el marcador a favor de los españoles (43-40), gracias, especialmente, a los puntos de Margall y a los rebotes de Romay.
Mirko Novosel ante el inicio del combinado español, volvió a recurrir a Aleksander Petrovic y su defensa zonal. Armas que tan buen resultado les dio en la primera parte… pero que no tendrían el mismo resultado en esta segunda mitad.
Un Llorente magistral en la dirección, haciendo correr fenomenalmente bien a su equipo, un Margall infalible en el lanzamiento, un Romay fantástico en defensa, secando maravillosamente bien a Zizic, y la fantástica ayuda de Andrés Jiménez y Epi -que había vuelto a ajustar su punto de mira- hacían que España se pusiera 7 puntos arriba a falta de 14:02 para el final (51-44) y obligando a Mirko Novosel a pedir tiempo muerto.
Poco le sirvió ese tiempo a Yugoslavia. España seguía muy agresiva en defensa y muy inspirada en ataque, con Llorente, Margall y Romay que estaban dinamitando el choque a favor del bando español.
Con 65-53 a favor de España, y menos de cinco minutos por jugarse, el seleccionador español hace un triple cambio. Corbalán, Iturriaga y Fernando Martín dentro, y Llorente, Jiménez y Margall -que había cometido su cuarta falta personal- fuera.
El cambio quizá era algo arriesgado, sobre todo por lo bien que había dirigido Llorente al equipo. Pero Corbalán se encargó de disipar las dudas que pudiera haber dirigiendo igual de bien el ataque del combinado nacional.
Yugoslavia, viendo que el partido se le escapaba, se puso a defender a toda pista. Pero la quinta falta personal de Drazen Petrovic le trastocó todo a Mirko Novosel.
De ahí al final, España se dedicó a jugar ataques largos y lentos para mantener esa ventaja. De hecho, Díaz Miguel metió en pista a sus tres bases para tener asegurada la posesión del balón.
Al final 74-61 para España, en una segunda parte magistral por parte de los jugadores dirigidos por Antonio Díaz Miguel, con tres claros protagonistas: José Luis Llorente, José María Margall, y Fernando Romay.
Con este triunfo, el baloncesto tocaba el techo hasta esos momentos. Después de las platas conseguidas en los Europeos de 1.973 y de 1.983, esta medalla de plata olímpica era un éxito sin precedentes para el deporte de la canasta español.
Esta generación había alcanzado la cima. Con esta victoria, el baloncesto español cambió completamente, empezando a ganar más y más adeptos.
Este nostálgico e inolvidable partido, había puesto al baloncesto español como escaparate al mundo. Y en parte, gracias a este encuentro, el baloncesto español es lo que es hoy día.
ESPAÑA 74: Nacho Solozábal (3), Juan Antonio San Epifanio “Epi” (12), Juanma López Iturriaga (4), Andrés Jiménez (13), Fernando Martín (6) -cinco inicial- José María Margall (16), Juan Antonio Corbalán (6), Fernando Romay (6), José Luis Llorente (8), José Manuel Beirán (-), Fernando Arcega (-), Juan Domingo De La Cruz (-).
YUGOSLAVIA 61: Nebojsa Zorkic (2), Drazen Petrovic (16), Drazen Dalipagic (16), Mihovil Nakic (6), Rajko Zizic (0) -cinco inicial- Aleksander Petrovic (0), Ratko Radovanovic (15), Andro Knego (6), Emir Mutapcic (0), Ivan Sunara (0), Saabit Hadzic (-), Branko Vukicevic (-).
Abraham Rollán.
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