Yugoslavia 88 vs Italia 73. Final Eurobasket Italia’91


Yugoslavia 88 vs Italia 73. Final Eurobasket Italia'91

Saludos amig@s. Seguimos recordando los grandes partidos de la historia del baloncesto aquí, en jordanypippen.com.

Este mes recordaremos un partido que significó el final de un equipo de leyenda, un partido que puso el fin a unos maravillosos años de auténtico baloncesto, un partido que estuvo envuelto más en temas políticos que en el propio deporte desgraciadamente.

Este mes recordaremos la final del Eurobasket de 1.991 que disputaron Italia y Yugoslavia, y que significó el último gran campeonato en el que se juntaba la selección de Yugoslavia como tal, ya que meses después dos repúblicas de ese país como Eslovenia y Croacia declararían su independencia, dando paso seguidamente a la Guerra de los Balcanes, una guerra trágica para toda esa zona.

Yugoslavia era el clarísimo favorito para revalidar el título conseguido en 1.989. El equipo dirigido por Dusan Ivkovic se presentaba en este campeonato con 3 bajas muy importantes: Drazen Petrovic y Jure Zdov no acudieron por el conflicto bélico existente en ese momento en sus respectivos países (El ministro de deportes esloveno, y el Olimpia de Ljubiana, club en el que militaba Zdov, prohibieron literalmente a Zdov a jugar con Yugoslavia ese torneo), y Zeljko Obradovic no acudió porque durante la concentración tuvo que volver a Belgrado para hacerse cargo del puesto de entrenador en el Partizán de Belgrado. Aun así, la selección yugoslava llevaba un auténtico arsenal y un potencial tremendo para ganar el Eurobasket.

En la fase de grupos dejó clara su impronta tras acabar primero de su grupo con 3 victorias y ninguna derrota, y en semifinales lo refrendó tras derrotar por 97-76 a la selección de Francia.

Por su parte Italia, anfitriona en este Eurobasket, también acabó primera de su grupo, y al igual que Yugoslavia también lo hizo con 3 victorias y ninguna derrota, demostrando también que iban en serio.

En semifinales, y al contrario que Yugoslavia, los trasalpinos derrotaron por 93-90 a España en un partido de auténtico infarto, y que se resolvió en los instantes finales del mismo.

Se presentaba una final muy vistosa, con Yugoslavia como favorita, pero con una selección italiana que con el apoyo de su público quería conseguir la machada y conseguir su segundo Eurobasket, tras el conseguido en Nantes en 1.983.

Ambos entrenadores sacaron de inicio todo su arsenal para esta final. Dusan Ivkovic sorprendió sacando de inicio a Predrag Danilovic en vez de Velimir Perasovic en el puesto de escolta. Junto a Danilovic, el entrenador yugoslavo puso en liza a Zoran Sretenovic de base, Toni Kukoc de alero, Dino Radja de ala-pívot y Vlade Divac de pívot.

Por su parte Sandro Gamba si salió con todo su potencial de inicio. El entrenador trasalpino puso en liza a Ferdinando Gentile de base, Antonello Riva de escolta, Sandro Dell’Angello de alero, y Walter Magnifico y Stefano Rusconi como pívots.

Ya desde el salto inicial Yugoslavia demuestra el por qué es el favorito en esta final. Gracias a un Toni Kukoc tocado por una varita, los balcánicos ponen la directa desde el principio frente a una selección italiana que no anota su primera canasta hasta el minuto y medio de partido.

 

 

Con un Kukoc aniquilando el solo a la selección italiana y un Danilovic muy motivado y muy enchufado en el partido, Yugoslavia se pone 11 puntos arriba con solo 4:30 de partido. (17-6)

Tras el tiempo muerto que pidió Sandro Gamba para parar la sangría yugoslava, un hasta entonces desaparecido Antonello Riva empezó a entonarse y a tomar protagonismo en el ataque italiano. Pero a cada golpe de moral que cogía Italia con cada canasta, un imperial Toni Kukoc se encargaba de volver a poner las cosas en su sitio y desvanecer las esperanzas de los 12.000 tiffosi que llenaban el Palaeur romano.

Con un Toni Kukoc dando un clinic total de como se juega al baloncesto, Italia decide colocarse en una defensa zonal 1-3-1, con presión a toda cancha después de tiros libres.

Con 30-18 para su equipo, Dusan Ivkovic decide pedir tiempo muerto para tranquilizar a sus jugadores, ya que las decisiones del árbitro griego Rigas, no estaban gustando nada a los jugadores balcánicos, sobre todo una técnica señalada a Danilovic cuando Gentile le propinó una bofetada y un rodillazo.

Gracias a esa zona 1-3-1, Yugoslavia comienza a despertar, aunque rápidamente Yugoslavia vuelve poner las cosas en su sitio.

Los italianos estaban realizando una defensa durísima, desquiciando a los yugoslavos a base de palos, unos palos que los colegiados pasaban por alto la mayoría de las veces. Esa defensa hace que Italia se coloque a 6 puntos a poco más de 4 minutos para el final del partido (39-33), con un equipo de suplentes sobre la pista. Italia estaba agradeciendo los buenos minutos de los jugadores de segunda unidad, sobre todo los de Pittis y Brunamonti, que estaban realizando un gran partido.

Cuando la afición italiana estaba más caliente, y más tiraba de su equipo, apareció en escena Velimir Perasovic, que cuando más falta le hacía a su equipo llegó al rescate para poner el 48-41 en el marcador, y cerrar de esa manera una primera parte donde Yugoslavia había sido muy superior a Italia, pero que estos últimos a base de garra y coraje conseguían mantenerse en el partido.

La segunda parte comienza con la inclusión de Zoran Savic en el equipo yugoslavo, en los que eran los primeros minutos en el partido para el pívot del Pop 84 de Split.

Los italianos comienzan esta segunda mitad con una defensa asfixiante sobre los yugoslavos, pero Toni Kukoc no estaba dispuesto a dejar a los italianos remontar el partido. El alero yugoslavo, en un visto y no visto, puso a su equipo 14 puntos arriba y de paso calmó las aguas.

Yugoslavia estaba dejando sin opción a Italia, y lo estaba haciendo en un partido físico y muy trabado que estaban haciendo los italianos gracias mayormente a su defensa.

Yugoslavia había roto el partido definitivamente. Un parcial de 22-4 en 10 minutos de esa segunda mitad rompió definitivamente el partido, sobre todo gracias a un Toni Kukoc que estaba demostrando por qué era el mejor jugador del mundo fuera de la NBA. El clinic de baloncesto que estaba dando la selección balcánica era de los que hay que enseñar en la escuela.

Con 70-49 a falta de 8 minutos para el final, Yugoslavia empezó a gustarse y empezó a jugar baloncesto espectáculo. Por el contrario Italia estaba desquiciada. Sus jugadores solo hacían que dar palos y protestar todo a los colegiados.

Dusan Ivkovic viendo que el partido estaba muy encarrilado metió en pista a Djordjevic, Perasovic y Komazec, que junto a Divac y Radja completaban el quinteto inicial de los yugoslavos para esos instantes finales. Mientras que Sandro Gamba, viendo que ya no tenía prácticamente ninguna opción, metió en pista al base Fantozzi, uno de los mejores tiradores desde el 6’25 que tenían los trasalpinos.

Con un Antonello Riva defenestrado en el banquillo en una decisión muy sorprendente de Sandro Gamba, Kukoc y Radja por el contrario estaban demostrando por qué eran los mejores jugadores de Europa en ese momento, dando una lección de fundamentos técnicos.

Aun perdiendo de 15 a falta de 2:50 para el final, Italia siguió jugando, presionando a defendiendo. Sabía que esta final ya no la iban a ganar, pero por lo menos estaban cayendo con la cabeza bien alta.

Con 88-73 para Yugoslavia se llegó al final del partido. Un partido que sirvió, una vez más, para comprobar por qué Yugoslavia era la mejor, y un partido que sirvió para ver por última vez a jugadores de tal calibre y tanta calidad jugar juntos.

Este Eurobasket será recordado por eso, por ser el último en donde se volvía a juntar la selección de Yugoslavia antes de fracturarse las repúblicas que la conformaban.

La guerra de los Balcanes, que estalló definitivamente meses después, nos privó de más años de uno de los mejores equipos en la historia del baloncesto europeo, que si hubieran seguido compitiendo muchos más éxitos habrían conseguido, y a los que amamos el baloncesto habríamos seguido deleitándonos con su juego. 

YUGOSLAVIA 88: Zoran Sretenovic (5), Predrag Danilovic (9), Toni Kukoc (20), Dino Radja (23), Vlade Divac (10) -cinco inicial- Velimir Perasovic (12), Aleksandar Djordjevic (4), Zarko Paspalj (0), Arijan Komazec (3), Zoran Savic (2), Zoran Jovanovic (-).

ITALIA 73: Ferdinando Gentile (8), Antonello Riva (4), Sandro Dell’Angello (2), Walter Magnifico (9), Stefano Rusconi (2)-cinco inicial- Riccardo Pittis (12), Davide Pessina (14), Roberto Premier (2), Roberto Brunamonti (4), Ario Costa (4), Alessandro Fantozzi (12), Andrea Gracis (-).

 

 

 

 

Escrito por Abraham Rollán  (@sultanofswing82)

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