Extraño caso el de Jason Kidd, que parece haber acabado hace unas horas. Kidd entrenará a los Bucks a partir de la próxima temporada y los Nets reciben a cambio una segunda ronda del draft de 2015 y otra de 2019.
Kidd ha entrenado únicamente una temporada a los Nets, equipo del que fue la gran estrella como jugador y del que ya entonces salió en medio de la polémica, llevando a la franquicia hasta la segunda ronda de playoffs donde cayeron ante los Heat.
Su paso por los Nets empezó mal, con un arresto por conducir borracho y una suspensión por tirar un refresco a la cancha en un partido contra los Lakers. Tras un par de meses en la cola de la clasificación del Este, a partir de enero los Nets fueron el segundo mejor equipo de su conferencia hasta llegar a playoffs.
Al parecer, Kidd pidió tener más funciones que las de entrenador y que su puesto en el organigrama de la franquicia estuviera por encima de el del mánager general, Billy King.
Tras ser rechazada su propuesta, los Bucks recibieron permiso de los Nets para sondear al técnico, que habría empezado a moverse en secreto con los de Milwaukee, donde al parecer tiene amistades en la dirección, buscando un intercambio de Brook López y Mirza Teletovic por Ersan Ilyasova y Larry Sanders. Siempre sin informar a los de Brooklyn.
Enterado Phrokhorov, el dueño de los Nets de esto, la salida de Kidd ha sido instantánea, no aceptando ningún canje de jugadores y sacando a cambio dos rondas del draft, precio evidentemente caro por un entrenador sin apenas experiencia y conflictivo ahora y cuando iba de corto.
Y mientras los Nets piensan en Lionell Hollins, George Karl o Ettore Messina para sustituir a Kidd, Larry Drew, ya ex-entrenador de los Bucks, se ha visto bonitamente en la calle.
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