Vivir como un pachá
1. loc. verb. Vivir con lujo y opulencia.
(Del diccionario de la Real Academia Española)
El pasado lunes publicaba el diario El País que una auditoría externa realizada a las cuentas de la Federación Española de Baloncesto había detectado multitud de gastos irregulares entre 2011 y 2014, destacando entre ellos el de cerca de 750.000 euros en restaurantes a cargo de la persona que por entonces ocupaba la Presidencia de la Federación, José Luis Sáez.
Esta información era poco después ampliada por el diario Marca, que desglosaba esos 737.746 euros, que es la cantidad en concreto de que se habla, en una serie de conceptos que, de demostrarse ciertos, dejarían en muy mal lugar al hasta febrero de este año Presidente de la FEB, que por cierto, tuvo que dejar su cargo por irregularidades contables en su gestión.
Durante su mandato, José Luis Sáez acuñó el término «Método FEB» para explicar los éxitos internacionales de nuestro baloncesto. Si la selección senior masculina obtenía medallas en casi cada uno de los torneos a los que acudía, era debido al «Método FEB». Si la selección femenina brillaba también, era consecuencia del mismo «Método FEB». Si en las categorías inferiores se repetían los éxitos de los mayores, era porque el «Método FEB» es el camino que conduce indefectiblemente al éxito.
Que en realidad el Método FEB no fuera sino una manera de apropiarse del trabajo de los clubes profesionales inscritos en la ACB e incluso en la NBA y que se basara mayoritariamente en una campaña publicitaria importaba poco. Que las competiciones organizadas por la FEB (ligas LEB, ligas femeninas) agonicen desde hace años, ¿a quién le podía importar, si durante una década larga hemos sido la única selección que se le ha subido a las barbas a los NBA?
Lo que ocurre es que no sabíamos que había más de un Método FEB y eso es lo que estamos conociendo ahora.
EL MÉTODO FEB DE LLENARSE EL ESTÓMAGO.
Según el desglose de las cuentas publicado en Marca, entre 2011 y 2014 los cerca de 750.000 euros se reparten principalmente entre tres lugares: Madrid, sede de la FEB; Sevilla, residencia de Sáez; y Sanlúcar de Barrameda, lugar de vacaciones habitual de Sáez.
Si esto parece coincidencia, más coincidencia es que entre los gastos de Madrid aparezcan 226.075 euros en el restaurante Portobello, casualmente situado en la misma calle en la que Sáez tenía el apartamento pagado por la FEB. Es más, para completar el cúmulo de casualidades, en el restaurante La Montanera de Sevilla la FEB pagó otros 54.000 euros en esos años.
Que todo esto es casualidad, pero ahora hagamos cuatro números gordos: supongamos que una persona trabaja 224 días al año durante 4 años; nos salen 896 días trabajados. Ahora pensemos que esa persona vive en Madrid durante ese período y que gasta 226.075 euros en comidas durante ese tiempo. Nos salen 252 euros con 31 céntimos al día para poder subsistir. ¿Que uno puede comer y hasta cenar de menú por una cantidad muy inferior a 252 euros? Sí. Pero ya puestos… Acabamos de descubrir el Método FEB de llenarse el estómago.
EL MÉTODO FEB DE VIVIR COMO UN PACHÁ.
Si esto parece algo desproporcionado, la auditoría va más allá y, de ser cierto lo que se publica, nos encontramos con una serie de gastos personales que no están nada mal:
- 11.220 euros en conceptos de desplazamientos familiares.
- 982 euros mensuales destinados a pagar el colegio mayor de la hija del presidente.
- 134 euros al mes para pagar el abono de la tele.
- 770 euros de la comunidad de propietarios de la vivienda de vacaciones en Sanlúcar.
EL MÉTODO FEB DE VIAJAR POR EL MUNDO.
Si seguimos mirando, nos encontramos con que en desplazamientos entre Madrid y Sevilla la FEB gastó 60.615 euros, lo que seguramente habrá convertido a Sáez en el mejor cliente del AVE en los últimos años. Eso sí, esto no es más que una parte de los casi 275.000 euros en viajes que aparecen en la auditoría.
La auditoría se detiene también en los gastos incurridos durante los Juegos de Londres, en los que España estuvo a punto de derrotar a la correspondiente versión del Dream Team americano de ese año. Plantarnos en la final y caer allí ante los americanos y sus ayudantes arbitrales nos salió por algo más de 2.200.000 euros. De esos dos millones y pico, medio millón se fueron en entradas que se supone que posteriormente la FEB repartió entre sus múltiples compromisos y 165.227 euros se fueron en el alojamiento para el personal de la Federación. Que Londres es caro, sí. Y que durante unos Juegos, más. Pero 165.000 euros parece un poco excesivo, ¿no?
EL MÉTODO FEB DE CONTAR LOS DÍAS.
Por último, hay un último Método FEB, que es el de contar los días. Desde la antigüedad, se dividió el año en 365 días, atendiendo a la traslación de la tierra y tal. Como sobraban por ahí unas cuantas horas al año, se convino que cada cuatro años habría un año bisiesto que duraría 366 días y así cuadraría el calendario.
Pues no. Todos hemos estado equivocados desde hace miles de años. Ni calendario maya, ni calendas romanas, ni calendario zaragozano. El Método FEB nos ha enseñado que el año dura lo que tiene que durar para cuadrar las cuentas.
- Así, en 2011 se pueden pasar gastos de manutención correspondientes a 311 días y cobrar dietas otros 141. En total, ese año duró 452 días y el que diga lo contrario, que vuelva a la escuela.
- 2012 fue un día más corto (tal vez por ser bisiesto, según las cuentas tradicionales): 451 días, con gastos de manutención en 356 días y dietas en 95.
- Por último, 2013 fue un año más cortito, con tan solo 391 días, de los que se pasaron gastos de manutención en 266 y dietas en 125.
Y no nos pidan que caigamos en el chiste fácil de manutención y dietas después de todo lo que llevamos leído. No es no.
EPÍLOGO.
Todas estas cuentas aparecen en una auditoría que está en poder del Juzgado número 36 de Madrid. No está nada probado todavía y por tanto no se puede condenar a nadie por estos hechos. De ser cierto todo lo que se recoge en estos papeles, estaríamos ante una caso más que demostraría que seguimos viviendo en el país de Rinconete y Cortadillo. Si los gastos se demuestran ciertos, resultaría que habrían sido aprobados porque la misma persona que los generó es la que posteriormente debía aprobarlos.
Con ser grave todo esto, lo es más cuando se tiene en cuenta que gran parte del dinero que recibe la FEB procede del CSD, esto es, del erario público. Y, cuando el baloncesto que depende de la FEB se encuentra en una situación crítica, con multitud de equipos ahogados por una pésima situación económica, no resulta muy ejemplar descubrir que en cuatro años se hayan, presuntamente, gastado tres cuartos de millón de euros en vivir como un pachá. Debe ser el Método FEB.
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