Con este mensaje anunciaba ayer por la noche el periodista Adrian Wojnarowski, seguramente el que maneja las fuentes más fiable a la hora de recavar información sobre movimientos en la NBA, que Sergio Llull había decidido rechazar la oferta de Houston Rockets y continuará como mínimo una temporada más en el Real Madrid.
Llull, elegido en el trigesimocuarto puesto del draft de 2009 por los Rockets, se había convertido en un fichaje clave para Kevin McHale, entrenador de la franquicia texana, hasta el punto de que en mitad de las finales de la Liga Endesa Pablo Prigioni, actual base sup,lente del equipo, se reunió con él para intentar convencerle.
El base menorquín del Real Madrid había recibido una oferta por tres años por una cantidad que variaba entre los 16 y los 21 millones de dólares según la fuente. En cualquier caso, muy superior al sueldo que percibe en el Real Madrid, que es algo superior al millón de euros brutos por temporada.
Es de esperar que, en compensación, el equipo blanco revise el contrato del jugador, equiparándolo o al menos acercándolo al de Rudy Fernández, que es el jugador mejor pagado de la plantilla, con una ficha en torno a los 3 millones de euros brutos por temporada. En todo caso, muy inferiores a lo que le ofrecía Houston, que habría colocado a Llull al mismo nivel en cuanto a ingresos que Pau Gasol y José Calderón y por encima de Niko Mirotic, convirtiéndose de paso en el rookie con mejor contrato de toda la historia de la liga americana.
Tal vez los Rockets vuelvan a la carga dentro de un año y entonces lo hagan con más dinero aún, gracias a la entrada en vigor del nuevo contrato televisivo que disparará los sueldos de los jugadores, o tal vez no. Lo que es seguro es que Segio Llull le ha quitado un dolor de cabeza de en medio al Real Madrid, que iba a tener muchos problemas para encontrarle un sustituto en un mercado que no ofrece jugadores de sus características. A veces el dinero no lo es todo.
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