A Phil Jackson se le acaba el crédito en el Madison


Llegó como el héroe que iba a sacar a la franquicia de la mediocridad y la iba a devolver a los gloriosos inicios de la década de los 70, de los que él formó parte, si bien en un papel secundario. El entrenador más laureado de la NBA volvía al equipo que le vio debutar como jugador, ahora como Director General y, lógicamente, se disparó la euforia.

El tirón sirvió para convencer a Melo de que se quedara en Manhattan. Dónde si no iba estar él mejor, más aún tras el sustancioso aumento de su nómina…

1402446955000-c02-knicks-11Pero la cosa se empezó a torcer cuando alrededor de Melo se construyó una plantilla muy pobre y se escogió a Derek Fisher como entrenador. Fisher había sido la extensión de Jackson en la pista durante su estancia en los Lakers campeones en la década pasada, sí. Un jugador que conoce al dedillo el famoso triángulo ofensivo del Maestro Zen. Pero también se acababa de retirar como jugador y cogía una de las franquicias fundadoras de la NBA, la que tenía el segundo presupuesto de la liga, sin ninguna experiencia y con todas las urgencias del mundo.

Y claro, el batacazo fue monumental. De derrota en derrota, se batió el récord histórico de partidos perdidos y por mucho. Para diciembre, el equipo ya estaba tankeando y encima Melo cojeaba los ratitos que su lesión le dejaba jugar.

Enimage febrero, con la apertura del mercado, llegaron los traspasos y los Knicks, buscando espacio para este verano, se deshicieron de lo poco potable que tenían (Shumpert, JR Smith) a cambio de nada. De ahí a final de temporada, batieron todos los records negativos de la historia de la franquicia, muy de largo; buscando el número 1 del draft.

Y como no podía ser de otra manera, en la lotería del draft el equipo perdedor fue… New York Knicks. Les cayó la cuarta elección, demostrando que tankear a veces es sinónimo de hacer el ridículo. Adiós Towns, adiós Russell, adiós Okafor.

Sin embargo, aún quedaban dos piezas interesantes en el draft: Mudiay y Winslow;y una de las dos debía ir al Madison. Hardaway jr era traspasado, en lo que parecía un movimiento para hacer espacio en la rotación exterior a uno de los dos… Y Phil Jackson se decidió por Porzingis, desatando la tormenta en Nueva York.

f130b160-1b97-11e5-ad9a-772eb5c96093_knicks1Porzingis es un excelente jugador que además ocupa una posición en la que los Knicks no tienen nada, pero se juntan las urgencias históricas de la franquicia, las de Anthony y la sombra de Bargnani. Si la adaptación del letón al baloncesto americano no es rápida, habrá un problema en Nueva York.

La afición del Madison entiende que su elección ha regalado a Mudiay a los Nuggets y Winslow a los Heat. El mismo Anthony se ha sumado a esta corriente y no se ha mordido la lengua. Criticaba hace poco Jackson el abuso del pick and roll, contraponiéndolo a sus famosos triángulos. Pero es que los triángulos han sido en Nueva York como la fórmula del crecepelo. Si la plantilla no se empieza a reforzar ya y si la temporada empieza torcida de nuevo, tendremos todas las condiciones para que se desate una tormenta perfecta en Nueva York. Esperemos que no se lleve por delante a Porzingis ni a Hernangómez, si este se decide a dar el salto ya este año.

 

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