¿Sabías que…? La regla de los tres segundos en la zona. Los Wildcats en el Madison, 1935


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Leroy Edwards (de oscuro) observa una lucha por un balón entre 2 juigadores de NYU y uno de los Wildcats

¿Sabías que la regla que prohibe a un atacante permanecer más de 3 segundos dentro de la zona se instauró en abril de 1935 y tuvo su origen en un partido universitario jugado en enero de ese año?

En efecto. Como tantas otras reglas del baloncesto, la que impide a un atacante con o sin balón permanecer más de tres segundos en la zona del equipo rival fue instaurada inicialmente por la NCAA y, como ha sucedido casi siempre en la historia del baloncesto, se implemento para resolver un problema que había quedado patente con anterioridad.

Para conocer su origen hay que hablar primero de los Wildcats de la Universidad de Kentucky, su entrenador en 1935, Adolph Rupp, y su estrella, el pívot Leroy Edwards, de 1,96, uno de los primeros hombres altos (para la época) en convertirse en una estrella del baloncesto.

Rupp llevó a los Wildcats a convertirse en un equipo prácticamente invencible durante la temporada 1934/1934, en la que solo sufrieron dos derrotas, una ante Michigan State por 32-26 y la otra en el Madison Square Garden ante NYU, que es la que motivó el cambio de la normativa. El estilo de juego de los Wildcats impuesto por Rupp y muy habitual entonces entre los equipos del Sur consistía en meter balones al poste, bajo el aro, donde se situaba Edwards, que se encargaba de distribuirlos o de jugarse él mismo el tiro. Junto con el juego al poste, un complejo sistema de bloqueos en ataque trataba de liberar a los atacantes para obtener tiros fáciles.


Kentucky se aprovechaba de la superioridad física de Edwards para hacer efectivo este juego en ataque, que además no se encontraba limitado aún ni por el reloj de posesión ni mucho menos por la regla de los tres segundos.

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Con estos antecedentes, los Wildcarts llegaban con 29 victorias en los últimos 30 partidos al Madison Square Garden para enfrentarse a los Violent Violets de la New York University. El partido despertó una enorme expectación y 16.500 espectadores poblaban las gradas del viejo recinto del Garden el 5 de enero de 1935.

A diferencia de los Wildcats, los Violets basaban su juego en el contraataque y en posesiones cortas, tratando además de robar balones en defensa. Su labor esa noche en la defensa se centró en impedir que Edwards pudiera jugar al poste.

Un aspecto importante que marcaría el partido es que no existía un criterio arbitral unificado aún y los árbitros de la conferencia Este de la NCAA (NYU) y los de la Midwest (Kentucky) muchas veces pitaban de modo muy diferente. Esto hacía habitual que cada equipo pusiera su propio árbitro en los enfrentamientos entre conferencias, pero esa noche Kentucky no lo hizo, arbitrando el partido dos colegiados del Este.

Y empezó el partido y a poco de empezar a Edwards le habían pitado tres faltas en ataque en tres bloqueos. Por contra los jugadores de los Violets repartían estopa a discreción, con el consentimiento de los árbitros. La pelea en la zona se volvió extremadamente violenta y, mientras a Kentucky se le pitaban faltas en ataque en casi cada bloqueo, a los de NYU se les permitía todo tipo de juego subterráneo.

Según la crónica del Lexington Herald del día siguiente:

«Comprendiendo en apariencia que el pívot de Kentucky era el jugador a parar, los Violent Voilets (y anoche hicieron honor a su nombre) hicieron de todo para parar al brillante pívot de los Wildcats. Cada minuto que permaneció en pista, Edwards era acosado, mostrándose a veces desconcertado. Incluso si encaraba la canasta, sus oponentes lo empujaban fuera de la cancha.»

Así las cosas, Edwards sufrió esa noche un marcaje extremadamente violento por parte de los pívots locales, «Slim» Terjesen y «Red» Klein, siendo marcado a la vez por ambos. Incluso con Terjesen expulsado por personales, el pívot de Kentucky seguí recibiendo golpes.

Y a pesar de todo, Kentucky llegó a los últimos 10 segundos con 22-22, para ver cómo los árbitros pitaban la cuarta falta de Edwards, que quedaba expulsado (entonces el límite era 4 faltas) y concedía un tiro libre a Sidney Gross. La falta también sería polémica, pues al parecer fue al revés, de Gross sobre Edwards, pero así fue pitada.
Rupp lo cuenta de esta manera:

Decidimos jugar como siempre. No pensábamos que podrían defendernos. Ah, pero, creo, empezaron a pitarnos faltas desde el principio en cada bloqueo. Lo que nos hizo daño fue que Edwards recibió tres faltas. ¡Bang, bang, bang! Así de rápido.

Ellos tenían a un tal King Kong Klein. Nunca lo olvidaré; ¡era más grande que Edwards! Y ellos se ponían bajo la canasta y pegaban y pegaban por todos lados.

Nos estábamos llevando la peor parte y se lo dije a los árbitros. La imposibilidad de hacer bloqueos nos estaba matando. Cada vez que Edwards cogía la bola y se daba la vuelta hacia el aro, lo tumbaban. Ese era su juego.

Y nunca olvidaré el bloqueo que le pitaron. Le pitaron falta sobre Sidney Gross y quedó eliminado a 10 segundos del final.

El tiro golpeó en el aro, subió recto, cayó, rebotó y entonces se coló en la red. Y así nos ganaron.

Los periódicos demostrarán y yo tengo los recortes que lo demuestran. El Servicio Internacional de Noticias dijo que al menos 15.000 de los 16.539 espectadores estuvieron de acuerdo conmigo cuando dije que nos habían robado, y eso es exactamente lo que dije.

Dijeron que el equipo de UK fue mucho mejor, pero un arbitraje extraño permitió a Nueva York maniatar a Edwards.

Los Wildcats perdieron esa noche 22-23, pero el espectáculo fue tal que la liga decidió revisar la grabación del partido y quienes se encargaron de ello quedaron horrorizados ante las imágenes de un combate de lucha libre en lugar de un partido de baloncesto. Los jugadores de NYU, según cuentan, llegaban a subirse a la espalda de Edwards para evitar que tirara a canasta y bajo el aro se repartió de todo menos golosinas.

Y sorprendentemente, la decisión adoptada no fue limitar el juego duro, sino intentar prohibir el juego al poste. Para evitar que la lucha dentro de la zona se convirtiera en una carnicería se optó por instaurar la regla de los tres segundos:

Ningún atacante con o sin balón podrá permanecer en la zona que delimitan las líneas de tiros libres, incluido el semicírculo exterior más de tres segundos.

Kentucky salió claramente perjudicado, puesto que encima que había sido robado además vio como su estilo de juego era limitado por la comisión técnica, pero la regla sigue vigente hoy en día con la única diferencia de que el semicírculo exterior del área del tiro libre ha quedado excluido.

Así nacieron los tres segundos en zona, instaurados en abril de 1935. Unos años después se pondría coto también a los bloqueos en ataque, pero de eso tal vez podamos hablar en otra ocasión.

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Leroy Edwards y el pívot rival en el salto inicial del partido del 5 de enero de 1935.



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