Los Padres en el Baloncesto


Los Padres en el Baloncesto

Algunas veces, demasiadas, el principal caballo de batalla de los entrenadores de formación no está en las dificultades que les presentan los chavales que se acercan al baloncesto sino en la falta de educación deportiva de algunos padres que ven los partidos de sus hijos como si fueran deporte profesional y no amateur o infantil/juvenil. 

Raro es que los entrenadores, incluso en minibasket, no se hayan topado con el famoso padre manager que en la grada anota con precisión las estadísticas de su hijo, o que cámara en ristre se dedica a grabar los minutos de su muchacho sin importarle lo que haga el resto del equipo. 

Ni que decir tiene que algunos de estos padres con muy poca vergüenza en ocasiones comentan detalles técnicos con los entrenadores sin cortarse a la hora de aconsejar o reclamar diferentes cambios así como que sus hijos jueguen más minutos. 

Algunos de estos padres además de calentarles la cabeza a sus hijos por el resultado o por lo que hicieron o dejaron de hacer durante un partido (la vuelta a sus casas es un martirio para estos jóvenes), también se dedican a despotricar sin disimulo alguno de los compañeros de su hijo, del entrenador, de los rivales, árbitros y de cualquiera que se menee como si fuera necesario que todos tuvieran que bailar al ritmo de su chaval para que fuera la estrella del equipo/juego o tuvieran toda la culpa si no juega bien un partido. 

En el cortometraje “Seis contra seis” se puede ver la presión negativa que puede ejercer un padre sobre la actividad deportiva de su hijo. Es un ejemplo ficticio que por desgracia se acerca demasiado a la realidad:

Lo peor de estos comportamientos es la influencia que ejercen sobre la educación deportiva (y la que no lo es) de los hijos con el consiguiente efecto negativo para estos jóvenes jugadores que sólo deberían ver, al menos a tan temprana edad sino siempre, las bondades de su deporte. 

Así los chavales que padecen estos comportamientos están más pendientes de las instrucciones de sus padres que de las del entrenador, se contagian de las críticas que realizan éstos y se comportan de igual modo con los compañeros, protestando a los árbitros y perdiendo el respeto necesario que se tiene que tener por los demás. 

La psicóloga clínica Lourdes Mantilla da algunas recomendaciones* para los padres a fin de mejorar la experiencia deportiva de sus hijos: 

– Muestren siempre una actitud positiva, escuchando lo que cuentan de su práctica, apoyándoles y motivándoles. 

– Eviten hacer críticas o juicios descalificativos delante de los hijos por el tipo de preparación, las decisiones del entrenador o los resultados, ya que, como en cualquier competición, hay tantos entrenadores como observadores. 

– No convertirse en hinchas agresivos cuando presencien alguna competición de sus hijos; una cosa es animarles y otra llegar al insulto o a la falta de respeto a cualquier jugador, sea del equipo contrario o propio, o al árbitro. 

A estos últimos consejos me permito añadir lo que escuché a un responsable de cantera de un conocido club ACB durante unas charlas dirigidas a entrenadores de base, sobre cual debería ser la aportación única y básica que los entrenadores deberíamos intentar conseguir de los padres de los jóvenes de sus equipos: ser taxistas (que lleven a sus hijos a los entrenamientos y partidos) y palmeros (que no les dejen de animar).

* Recomendaciones recogidas en “Educar con el deporte” de Lourdes Mantilla, publicado en la revista «Cuerpomente» Nº 212 en diciembre de 2009. 

Escrito por Jorge Sanz (@alerotirador)

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