Ducha, pijama y a la cama. Mientras los compañeros del curso debaten las preguntas de los exámenes de mañana entre alguna que otra cerveza he decidido acudir a la urgente llamada de la higiene y el descanso. Hoy hemos empezado un largo recorrido de quince días que amenaza con alterar de manera irreversible nuestros ritmos circadianos. No por casualidad sonaba Highway to Hell de AC/DC en el coche camino de Zaragoza. Bendito infierno, tal vez, pero llameante y asfixiante como todos. Casi seis horas nos llevó el atracar en este puerto fluvial enmarcado en pleno desierto de Aragón. Cinco minutos más de lo previsto a causa de un control de drogas a la salida de Burgos en la que me sentí desnudado por un perro como jamás me había sentido por una mujer. Por suerte los psicotrópicos necesarios para resistir esta aventura los compraríamos más adelante. Lo siento picoletos, la próxima vez será.
Bromas aparte, la de hoy fue una jornada de suculentos caramelos a la altura de mis labios que iban retirándose poco a poco de mi alcance. Cuando a mediodía recibía vía twitter la confirmación de que el Norris que iba a tener por compañero era efectivamente el antiguo jugador del Barcelona y cuando después, ya en el hotel, nos dábamos la mano Víctor y yo con Ferrán Martínez y el propio Audie bromeando de buen rollo sobre nuestro futuro como compañeros, no imaginaba que pocos minutos después el de Mississippi iba a ser trasladado de grupo al parecer por motivos de idioma. En fin Audie, ahora somos rivales y este tipo bajito de Salamanca y su grupo no van a tener piedad de ti.
Os detallo un poco más en qué consiste el “ejercicio profesional”. Se trata de una tarea colectiva que nos acompañará a lo largo del curso y en la que simularemos ser el equipo técnico de la selección española de cara al futuro reto del mundial. La tarea se subdivide a su vez en pequeñas cuestiones como la definición del mesociclo de preparación, las ideas fuerza en torno al juego de pick and roll, un pequeño book táctico y algo relacionado con el scouting. Finalmente, el sábado 26 presentaremos en un vídeo de alrededor de cinco minutos los resultados de nuestro trabajo y ofreceremos una rueda de prensa para exponer dichos resultados.
La propuesta metodológica es a todas luces innovadora, una enseñanza basada en retos en la que el alumno es el principal protagonista. De ahí que debamos redoblar esfuerzos y aprender, como nos ha sugerido el director del curso Miguel Martín, a sufrir. Y es que éste, en la presentación del curso, a través de una breve y amena performance (perdonad, pero el curso amenaza con ser bilingüe), después de compartir con nosotros su orgullo por el alto nivel medio -hecho indiscutible- de los entrenadores españoles, nos invitó a sufrir un poco más, a saber aceptar condiciones no siempre gratas en el ejercicio de esta pasión que nos une y que es el baloncesto. En fin, lo siento mucho por la comparación, pero me recordó un poco al cliché utilizado por nuestro presidente del gobierno, aquel que decía que debíamos ajustarnos el cinturón. Creo que está bien apelar al esfuerzo, pero mi visión parte de que la formación y la dedicación de los entrenadores está muy por encima, o por delante, del funcionamiento de las estructuras y las instituciones relacionadas con nuestro deporte. Y sí, hacer la maleta y conocer mundo es siempre una opción, pero no queda otra que confesar que este país, y este famoso método, producen muchos más entrenadores, y muchos más formados, de lo que demanda la sociedad.
Lo mejor del día, y no se trata de un paño caliente sino de una realidad, fue el encuentro con el que será mi tutor, un Santi Pérez, número 1 del CES de 2011, que desprende dedicación y pasión por cada poro de su maña piel. Con un discurso muy bien medido, humilde y cercano me ha invitado a afrontar con ilusión y optimismo, pero también con la modestia y el espíritu de trabajo necesarios, cada paso que demos desde que el sol aparezca allá por el Mediterráneo.
Buenas noches y como repiten como mantra en el curso… ¡Avanzamos!
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